Política exterior no es prioridad para la 4T, coinciden especialistas

La política exterior mexicana enfrenta debilidades estructurales y un perfil discreto en el escenario internacional, coincidieron especialistas consultados, quienes señalaron que el país ha perdido profesionalismo, recursos y proyección global en los últimos años.

Jorge Schiavon, académico del Departamento de Estudios Internacionales de la Universidad Iberoamericana identifica cinco claves que deben guiar una política exterior sólida, lo que resume en las “cinco P’s”: política pública, prioridad presidencial, proactividad, presupuesto y profesionalismo, elementos que no se cumplen.

“No tenemos esas cinco P’s de una buena política exterior. No existe una política pública estratégica, tampoco hay una prioridad presidencial en el tema; la acción ha sido más reactiva que proactiva. No contamos con suficientes recursos ni con el personal adecuado y, sobre todo, se está perdiendo el profesionalismo”, afirmó.

Señaló que México carece de una política exterior estructurada con visión de mediano y largo plazo. En su lugar, ha prevalecido un enfoque reactivo que comenzó en la administración pasada, lo cual también tiene que ver con el contexto internacional marcado por la crisis del multilateralismo, la invasión rusa a Ucrania, la tensión en Medio Oriente, la rivalidad entre China y Estados Unidos, pero fundamentalmente la llegada de Donald Trump a la presidencia de EU.

El también vicepresidente del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales (COMEXI) dijo que la política exterior no es vista como una prioridad limitándose a responder a las demandas externas, en particular las de Washington. No obstante, reconoció como avance la participación más activa de la presidenta Claudia Sheinbaum y del secretario de Relaciones Exteriores, Juan Ramón de la Fuente, en foros internacionales como el G20 en Brasil y el G7 en Canadá, así como la labor del canciller para acercarse a las comunidades mexicanas en el exterior.

“La política de austeridad ha limitado sus capacidades operativas y precarizado al personal”, dijo.

En cuanto al profesionalismo, Schiavon recordó que históricamente un tercio de las embajadas y consulados eran encabezados por perfiles políticos con experiencia, “actualmente casi la mitad de los nombramientos son designaciones de carácter político, algunos sin el conocimiento ni las capacidades necesarias. En países clave del G7 y en la mayoría de las embajadas en América Latina se han privilegiado nombramientos políticos”.

Para Gabriela de la Paz, profesora de Relaciones Internacionales del TEC de Monterrey, México mantiene una política exterior discreta, sin cambios significativos en sus intereses y con escasa participación en foros internacionales. Las tensiones con España y la prioridad de relaciones bilaterales predominan sobre la acción multilateral.

La falta de recursos en los consulados de Estados Unidos limita la atención a los connacionales, mientras que el país carece de posicionamientos firmes ante crisis internacionales como la guerra en Gaza o la invasión rusa a Ucrania. De la Paz advierte que, si México no asume liderazgo regional, otros países como Brasil o Argentina lo harán, y subraya la necesidad de que la cancillería proyecte un trabajo visible y estratégico, así como un seguimiento de las relaciones con potencias mundiales para equilibrar la influencia de EU.