Las marchas y sus consecuencias 

Por Víctor Barrera  

Dice Andrés Manuel, que la marcha del 27 de noviembre será para celebrar su cuarto año de gobierno, pero además también servirá para escuchar las voces de los mexicanos, por lo que se espera que esta marcha sea “histórica”. 

Sigo sin entender porque la necesidad de salir a las calles cuando se tiene todo el poder, porque esa necesidad de querer demostrar que la gente que recibe los apoyos sociales son los principales obligados a asistir a esta marcha, so pena de perderlos. 

Realmente López Obrador realiza esta marcha para seguir demostrando que mantiene popularidad en el país, en eso si tiene razón su popularidad está vigente, aunque es más negativa derivada de las decisiones y ocurrencias que ha aplicado en estos cuatro años de su administración. 

Si en verdad quiere escuchar las voces de la gente, deberá realizar una marcha bastante organizada, porque como ya se sabe, la mayoría de los seguidores de AMLO, siempre responden con violencia e insultos a quienes no piensan igual que ellos. 

Esto lo apunto porque quizás habrá gente que saldrá a ver esta marcha y mostrará   carteles donde exprese su inconformidad por la situación actual del país. 

Con esto quiero señalar que los que están con AMLO deberán respetar esas expresiones y evitar un confrontación, como lo busco el diputade, María Clemente al insultar a la gente de la pasada marcha del 13 de noviembre. 

Esta marcha ciudadana surgió del hartazgo de las promesas incumplidas y los resultados negativos que hasta ahora se muestran de esta administración federal. 

Pero al ser gente que no piensa igual que AMLO, el gobierno descalifico esta marcha y les tachó como enemigos deleznablemente aspiracionistas y así forjó una realidad con sólo dos bandos: con él o contra él. 

Estos sectores encontraron entonces una excusa para salir a manifestar su descontento y por supuesto a defender al único organismo autónomo que ha demostrado hasta ahora eficacia en su labor. 

Es muy probable que el contingente mayor de esa marcha, del 13 de noviembre, se integrara por las víctimas de la violencia, del pago de piso, de feministas, de padres de niños con cáncer, de personas que no logran surtir de manera completa sus medicamentos, de aspiracionistas, intelectuales y todo aquel sector que AMLO ha descalificado. 

Pero esto motivo a el inquilino de Palacio Nacional a salir a mostrar “el músculo”, y aun cuando sabe que la mayoría del contingente será casi obligado a marchar, el manifestará y se sentirá feliz por demostrar que “el pueblo sabio” lo sigue y lo idolatra. 

Lo que no sabe este “pueblo sabio” que esta marcha se realizara con recursos públicos, que bien pudieran servir para surtir los medicamentos a las farmacias de los institutos sociales, o para llevar medicamentos “controlados” a quienes sufren enfermedades catastróficas, o comprar alimentos para vender con precios bajos en las colonias populares y con ello apoyar la economía familiar. 

Lo que es un hecho que con esto se vuelve abrir la puerta a que la CDMX y algunas otras tengan nuevamente, y de manera, continua, una infinidad de marchas, provocando también con ello algunos desajustes sociales y económicos al país. 

No cabe duda que genio y figura, hasta la sepultura, aunque cause daño.  

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