¿Y dónde está el presidente? 

Por Víctor Barrera 

El presente nos muestra que la situación global es verdaderamente preocupante porque estamos en una pandemia que no ha terminado y que ahora, reporta repuntes de contagios, lo que podría ser un elemento que nuevamente bajaría la intensidad en las actividades productivas y con ello una economía mundial poco circulante. 

Si a esto sumamos que la guerra entre Rusia y Ucrania tampoco ha llegado a su fin, y la temporada invernal, nuevamente mostrara una demanda alta de energéticos en donde los países sus temperaturas son bastante bajas, provocando con ello un aumento de precio de los energéticos y posiblemente poca oferta. 

Esto provoca una recesión que implica desempleo, y pobreza en muchos hogares. 

Sin embargo todo esto, al parecer, poco le preocupa y ocupa a López Obrador y  a su gente, que tienen  sus ojos puestos en los comicios del próximo año, principalmente en el Estado de México y en el 2024, estos últimos con alto  riesgo para la continuidad de la  llamada 4T, principalmente por su falta de resultados  y el hartazgo de la gente ante un presidente que  no termina de entender que  es quien lleva las riendas del país y que desde hace 4 años todo lo que sucede en México es su responsabilidad, y no de las administraciones pasadas. 

Entonces el mantener una economía con índices positivos no solo en lo macro económico sino en la micro, es decir en las economías de las familias mexicanas es su responsabilidad. 

Pero el oriundo de Macuspana, prefiere estar cada día descalificando a la gente sin intentar siquiera empezar a buscar la unidad que permita enfrentarlos retos que nos presenta los próximos dos años. 

Es conocido que a López Obrador no le gusta asistir a los eventos internacionales, donde se trata de encontrar los acuerdos para resolver los problemas mundiales, porque él prefiere ocupar su tiempo en unas conferencias mañaneras donde poco se informa sobre la realidad del país y solo sirven para descalificar a aquellos que no piensa igual al tabasqueño. 

México tiene una gran cantidad de Tratados, acuerdos y alianzas comerciales firmados que bien utilizados sirven para construir y   establecer relaciones bilaterales con otras naciones y con ello   comercializar los productos que se crean en el país, que permitan captar más recursos para aplicarlos en la el desarrollo y crecimiento económico. Pero no, porque repito, López Obrador esta más ocupado en atacar a cualquiera que se oponga a su intentona de destruir todo lo que nos ha costado años en construir, como las instituciones autónomas, muchas de ellas ciudadanas, que llegaron a ser un verdadero contrapeso para el Poder Ejecutivo. 

López Obrador no ha entendido su papel como presidente, que no es centralizar el poder, sino permitir que la democracia y los derechos de los mexicanos sean respetados. Además, como presidente debe atender las reuniones internacionales, porque son precisamente los presidentes en de nación los que tienen a facultad de tomar decisiones y no los secretarios de Estado. 

Marcelo Ebrard, quien tiene en sus manos la cartera de Relaciones Exteriores, puede asistir a esos eventos, y lo ha hecho, pero de nada sirve si solamente se limita a escuchar y no a decidir. 

México ha perdido, desde hace cuatro años, ese lugar que se había ganado durante muchos años, para ser tomado en cuenta hasta en los grupos donde los países con economías fuertes asisten. 

Este es el caso de la Cumbre los 20, donde las economías más desarrolladas del mundo, grupo donde México forma parte no asiste López Obrador. 

Esto claramente nos muestra que este gobierno esta más preocupado por la continuidad de su proyecto, que no ha dado resultados, que en tratar de resolver los problemas que deben ser atendidos de inmediato. 

Los problemas que dejará López obrador en el país deberán ser resueltos por la siguiente administración y si llega  morena  nuevamente a ganar la presidencia, es probable que segamos escuchando que la culpa de la situación actual de México es culpa de las administraciones pasadas y no responsabilidad de las actuales.

Dejemos de engañarnos y busquemos cambiar  la administración en el 2024, por una más responsable y que trabaje para todos los mexicanos no solo para su familia, parientes y gente cercana. 

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