En la reunión ministerial del Grupo de los 20 (G-20), en Bali, Indonesia, la invasión rusa a Ucrania y su impacto en la seguridad alimentaría y la energía dominaron la reunión a puertas cerradas, sin embargo no hubo un comunicado que manifestara algun acuerdo alcanzado.
El foro fue el primer encuentro cara a cara entre Moscú y los más feroces críticos de su operación militar en suelo ucranio.
El canciller de Rusia, Serguéi Lavrov, reprochó ayer a los países occidentales poner obstáculos a una solución negociada del conflicto armado en Ucrania al sólo intentar finiquitarla “en el campo de batalla”.
El ministro salió de la primera sesión a manifestar una dura reprimenda a sus pares occidentales que, según dijo a periodistas, “se desviaron casi de inmediato” de los temas de discusión “a la crítica frenética a la Federación Rusa. Agresores, invasores, ocupantes, escuchamos muchas cosas hoy”, lamentó Lavrov, quien se ausentó de varias intervenciones de sus homólogos.
“Occidente quiere ganar en Ucrania en el campo de batalla. No tiene nada para dialogar. Con esta aproximación, no permite que Kiev siga adelante con el proceso de paz y obliga a sus autoridades a que usen las armas que envía para destruir a la población civil, como estamos viendo todos los días”, dijo el canciller Lavrov.
Insistió que el Kremlin siempre está dispuesto para negociar sobre cualquier aspecto de la guerra, como el bloqueo de las exportaciones de grano ucranio. “Estamos preparados para pactar con nuestros colegas de Ucrania. Tenemos la solución. En lo que se refiere al grano, Kiev debe desbloquear sus puertos, despejarlos de minas y garantizar la seguridad de los barcos hasta el mar Mediterráneo”.
El secretario de Estado estadunidense, Antony Blinken, afirmó que Rusia escuchó “un coro” de llamados en esta reunión para que ponga fin al conflicto y denunció la responsabilidad de Moscú en la crisis alimentaria y energética mundial.
El ministro ucranio de Exteriores, Dmytro Kuleba, presente por videoconferencia, acusó a los rusos de jugar “juegos del hambre” a través de su bloqueo del puerto ucranio del mar Negro, mientras su par alemana, Annalena Baerbock, afirmó que Lavrov “no está interesado en la cooperación internacional ni en el diálogo con sus otros socios”.
El funcionario de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi, señaló que el gobierno que representa se opone a cualquier acto de exagerar la confrontación entre bloques y crear una “nueva guerra fría”, e instó al grupo a garantizar la salida de los bienes del agro ruso, bielorruso y ucranio al mercado mundial.
El canciller Marcelo Ebrard llamó ayer al G-20 a encontrar una solución pacífica e inmediata a la guerra en Ucrania y aseguró que la inflación y escasez de alimentos derivados de la invasión rusa están golpeando a millones de personas en América Latina y el mundo.
El secretario de Relaciones Exteriores participó en la reunión del G-20 que se llevó a cabo en Bali, Indonesia, que congregó a representantes de las 20 mayores economías del mundo, así como a otros países invitados y a representantes de organizaciones internacionales.
“Condenamos enérgicamente las agresiones en contra de Ucrania y exhortamos la inmediata resolución pacífica al conflicto mediante el diálogo político, negociaciones, mediaciones y otros medios”, expuso el representante de México ante sus homólogos, de acuerdo con un comunicado de la Secretaría de Relaciones Exteriores.