
Sepa La Bola
Claudia Bolaños
La salida de Giancarlo Giordano, responsable de la Unidad Técnica de Vinculación con los OPLEs del INE, es mucho más que un movimiento administrativo: es un claro síntoma de que algo no anda bien en la dinámica interna del Instituto.
Fuentes cercanas al caso revelan que Giordano se fue por agotamiento, pero también por dignidad: no estaba dispuesto a seguir recibiendo presiones injustificadas ni malos tratos por parte de ciertas consejeras y consejeros que han confundido su papel normativo con un rol de control absoluto sobre el personal técnico.
De acuerdo con diversas voces dentro del INE, el clima de hostigamiento ha sido alimentado de forma reiterada por consejeras y consejeros como Claudia Zavala, Dania Ravel, Carla Humphrey, Jaime Rivera y Martín Faz, quienes, además de haber asumido una actitud hostil hacia mandos técnicos y directivos, mantienen una línea sistemática de oposición a las propuestas que emanan de la consejera presidenta Guadalupe Taddei.
De ese miedo y hartazgo de empleados del instituto ya hemos dado cuenta en otras entregas de esa misma columna.
En privado, muchas personas que laboran en el INE reconocen que el ambiente laboral se ha deteriorado.
A los abusos verbales y las decisiones unilaterales se suma una gestión caótica, con cambios constantes de criterios que obligan a rehacer documentos a cualquier hora del día o la noche, con consecuencias físicas evidentes. La mayoría del personal técnico opera bajo crisis de salud, con casos de diabetes, hipertensión y cuadros de ansiedad. El propio Giordano sufrió un ataque de pánico hace apenas unas semanas, en medio de una maratónica sesión de trabajo.
La gota que derramó el vaso fue que, en las Mesas de Consejerías y Comisiones, algunos integrantes actúan como amos y señores del Instituto, ignorando los límites institucionales y ejerciendo un poder de facto sobre áreas que deberían tener independencia técnica. No sorprende que internamente se les haya bautizado como “los Dioses del Olimpo”.
Desde la presidencia del Consejo General, Guadalupe Taddei ha recibido estos reportes y está diseñando medidas para garantizar condiciones dignas de trabajo y frenar esta dinámica de maltrato institucional, antes de que nuevas renuncias terminen por desmantelar la experiencia operativa del INE.
Y Sepa La Bola, pero el famoso caso conocido como “dato protegido” sigue siendo un balazo en el pie para Morena; sin embargo, parece que no aprenden la lección.
El diputado Sergio Gutiérrez Luna volvió a poner el dedo en la llaga de este tema, que tiene que ver con su esposa, la legisladora Diana Karina Barreras, quien acusó a una ciudadana de violencia de género. Por ello, según resolvió el Tribunal Electoral, se le pidió ofrecer disculpas a esta servidora pública, pero sin mencionar su nombre, razón por la cual se le refiere como “dato protegido”.
Ante reporteros de la fuente en la Cámara de Diputados, Gutiérrez Luna intentó dar una explicación que solo generó más escándalo, al acusar que detrás de la ciudadana acusada y sancionada están la oposición, la derecha y Claudio X. González.
Durante la entrevista, los reporteros le preguntaron si era incorrecto que hubiera una postura política por parte de quienes han apoyado a la ciudadana, a lo que contestó que no. Pero guardó silencio cuando alguien señaló que lo ideal hubiera sido que su propia esposa —es decir, la diputada— saliera a dar esas declaraciones. Y es que no se entiende cómo en algunos momentos intentan presentarla como una mujer independiente y, en otros, es el morenista quien sale a hablar por ella.