
La diputada Olga Juliana Elizondo Guerra (PT) propuso adicionar una fracción XII al artículo 58 de la Ley General de Turismo, a fin de establecer como obligación de los prestadores de servicios turísticos el dar un trato digno, apropiado y no discriminatorio a las personas con discapacidad.
Asimismo, a garantizar el servicio y permitir el acceso con los implementos médicos, ortopédicos, tecnológicos, educativos o deportivos necesarios para su movilidad, uso personal, incluyendo cualquier animal de asistencia o apoyo.
La iniciativa, turnada para su estudio y dictamen a la Comisión de Turismo, señala en su exposición de motivos que se han dado casos que han puesto de manifiesto prácticas discriminatorias en la prestación de servicios turísticos, donde a personas con discapacidad no se les permite el acceso a espacios cuando llevan algún instrumento o animal de apoyo necesario para su uso personal o de asistencia.
Hace notar que el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación ha exhortado a proveedores de bienes, productos o servicios que tienen que garantizar el acceso a los derechos de las personas con discapacidad visual usuarias de perros guía en igualdad de condiciones tanto en los ámbitos público y privado.
Incluso, se recomienda evitar acariciar y ofrecer comida a los perros de asistencia mientras trabajan y portan su chaleco, con el fin de evitar distracciones que podrían ser de graves consecuencias para la persona usuaria; sin embargo, dichas prácticas discriminatorias se siguen presentando y no se dan a conocer.
Expone que de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), las ayudas técnicas, es decir los dispositivos de asistencia o tecnologías de apoyo, son aquellos productos, instrumentos, equipos o sistemas técnicos utilizados por una persona con discapacidad fabricados especialmente o disponibles en el mercado para prevenir, compensar, mitigar o neutralizar una deficiencia, discapacidad o minusvalía.
Estos aparatos y tecnologías de apoyo, subraya, permiten a las personas llevar una vida digna, sana, productiva e independiente, así como estudiar, trabajar y participar en la vida social. Además, reducen la necesidad de asistencia médica, servicios de apoyo y tratamientos de largo plazo, así como la carga de los cuidadores.