
La primera sesión de la Comisión Permanente derivo en una ríspida confrontación entre el oficialismo y la oposición, por el nuevo reglamento del congreso que se quedó a medias y una agenda legislativa impuesta por Morena y sus aliados.
Para el partido en el gobierno, la prioridad de esta sesión fue hacer un recuento del Fobaproa y arremeter contra el nuevo enemigo oficial, Ernesto Zedillo. Dolores Padierna, abrió fuego contra el ex presidente de México de 1994 al 2000, bajo el argumento de que el rescate bancario durante su sexenio estuvo plagado de irregularidades y generó daños al país y al erario público por miles de millones de pesos.
De inmediato, senadores de oposición, reclamaron que Morena y sus aliados impusieran reglas que no fueron aprobadas por ambas cámaras para regular los debates del congreso durante el receso, pero además que se establecieran, temas a contentillo y no se aborden otros de gran relevancia nacional como el caso Teuchitlán o la relación con Estados Unidos.
El coordinador de los diputados del PRI, Rubén Moreira exigió a Fernández Noroña no aplicar un reglamento que no fue aprobado por ambas cámaras del congreso y reclamó una agenda política a modo del oficialismo para distraer la atención de los graves problemas del país.
Ante el reclamo, Gerardo Fernández Noroña, presidente de la mesa directiva de la Comisión Permanente, en un hecho inédito, instruyo a servicios parlamentarios cerrarle el micrófono a Moreira, quien lo acuso de fascista.
Incluso, Leonel Godoy, diputado de Morena recordó a Fernández Noroña que el nuevo “reglamentillo” como se le conoce no fue avalado por diputados y por lo mismo estaba vigente el anterior.