
Ataques israelíes en la Franja de Gaza mataron al menos a 24 personas, incluidos más de una decena de mujeres y niños, durante la noche del sábado y la mañana del domingo, informaron funcionarios de salud locales, mientras el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, se dirigía a Estados Unidos para reunirse con el presidente Donald Trump sobre la guerra.
Israel puso fin a su alto el fuego con Hamás y reanudó su guerra aérea y terrestre el mes pasado. Ha llevado a cabo oleadas de ataques y ha tomado territorio con el fin de presionar a los milicianos para que acepten un nuevo acuerdo de tregua y liberación de rehenes. También ha bloqueado la entrada de alimentos, combustible y ayuda humanitaria durante más de un mes en el territorio costero, que depende en gran medida de la asistencia externa.
“Las reservas se están agotando y la situación se está volviendo desesperada”, dijo la agencia de las Naciones Unidas para los refugiados palestinos en las redes sociales.
Los últimos ataques israelíes alcanzaron una tienda y una casa en la ciudad sureña de Jan Yunis, donde mataron a cinco hombres, cinco mujeres y cinco niños, según el Hospital Nasser, que recibió los cuerpos.
Una periodista se encuentra entre los asesinados. “Mi hija es inocente. No tenía nada que ver, amaba el periodismo y lo adoraba”, dijo su madre, Amal Kaskeen.
El cuerpo de un niño, de un año y medio, ocupaba solo un extremo de una camilla de emergencia.
“Trump quiere poner fin al problema de Gaza. Tiene prisa, y eso está claro desde esta mañana”, afirmó Mohammad Abdel-Hadi, primo de una mujer asesinada.
El bombardeo israelí mató al menos a cuatro personas en el campo de refugiados de Jabaliya en el norte de Gaza, según el Ministerio de Salud de Gaza. Y los cuerpos de cinco personas, entre ellas un niño y tres mujeres, llegaron al Hospital de los Mártires de Al-Aqsa en Deir al-Balah, en el centro de Gaza, atestiguó un periodista de The Associated Press.
Decenas de palestinos salieron a las calles en Jabaliya para una nueva ronda de protestas contra la guerra. Imágenes que circulan en las redes sociales mostraron a personas marchando y coreando contra Hamás. Tales protestas, aunque raras, han ocurrido en las últimas semanas.
También hay enojo dentro de Israel por la reanudación de la guerra y sus efectos sobre los rehenes restantes en Gaza. Las familias de los rehenes, junto con algunos de los recientemente liberados de Gaza y sus partidarios, instaron el sábado a Trump a ayudar a garantizar que los combates terminen.
Netanyahu se reunirá el lunes con Trump por segunda vez desde que Trump comenzó su último mandato en enero. El primer ministro dijo que discutirían la guerra y el nuevo arancel del 17% impuesto a Israel, parte de una decisión global amplia de la nueva administración estadounidense.
“Hay una fila muy grande de líderes que quieren hacer esto con respecto a sus economías. Creo que refleja la conexión personal especial y la conexión especial entre Estados Unidos e Israel, que es tan vital en este momento”, dijo Netanyahu mientras concluía una visita a Hungría.
Estados Unidos, mediador en los esfuerzos de alto el fuego junto con Egipto y Qatar, expresó su apoyo a la reanudación de la guerra por parte de Israel el mes pasado.
Cientos de palestinos han sido asesinados desde entonces, entre ellos 15 médicos cuyos cuerpos fueron recuperados solo una semana después. El Ejército de Israel se retractó este fin de semana de su versión de lo ocurrido en el incidente, capturado en parte en video, que causó indignación entre funcionarios de la Cruz Roja, la Media Luna Roja y la ONU.
La guerra comenzó cuando milicianos liderados por Hamás atacaron Israel el 7 de octubre de 2023, cuando mataron a unas 1.200 personas y tomaron a 251 como rehenes. Cincuenta y nueve rehenes siguen retenidos en Gaza, de los cuales se cree que 24 están vivos, el resto fueron liberados en altos el fuego y otros acuerdos.
La ofensiva de Israel ha matado al menos a 50.695 palestinos, según el Ministerio de Salud de Gaza, que no especifica cuántos eran civiles o combatientes, pero dice que más de la mitad eran mujeres y niños. Afirma que otras 115.338 personas han resultado heridas. Israel dice que ha matado a unos 20.000 milicianos, sin proporcionar evidencia.