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Pura nostalgia, sorpresas y un final inesperado con Zoé en vive Latino

Con la luna de fondo y el nombre de Zoé en letras 3D brillando en las pantallas del escenario principal del Vive Latino 2025, el público sabía que estaba a punto de presenciar un show especial. La banda, liderada por León Larregui, regresaba al festival en su edición número 25, cargando consigo dos décadas de himnos generacionales, recuerdos y un toque de misterio.

Desde el primer acorde de “Memo rex”, los gritos y las luces rojas envolvieron el escenario. La multitud estaba lista para dejarse llevar por la inconfundible atmósfera sonora de Zoé, aunque la voz de Larregui jugaba a las escondidas: a veces se escuchaba nítida, otras se desvanecía, como en “Vinil”, donde el público tuvo que tomar el control y cantar en su lugar.

El escenario pronto se tiñó de azules y morados, intensificando la experiencia hipnótica característica de la banda. Fue en ese momento cuando Larregui, entre risas, soltó: “Estamos muy contentos de estar aquí… desde hace dos años… o no me acuerdo… por ahí del 2019”, dijo.

El comentario, a medias entre la broma y la confusión, arrancó carcajadas y aplausos, pero el momento fue opacado por un problema técnico: el volumen del sonido estaba demasiado bajo, tanto que el público comenzó a gritar “¡súbanle!”, exigiendo escuchar no solo la música, sino también las palabras de la banda.

Sin embargo, nada pudo frenar la emoción de los fans cuando comenzó “No me destruyas”, una canción que llevaba años fuera de los setlists de Zoé. La nostalgia seguía su curso con “Corazón atómico”, otro tema que no solía aparecer en vivo y que, por la reacción del público, se sintió como un reencuentro largamente esperado.

“Vía Láctea” continuó con esta atmósfera melancólica, preparando el terreno para el tramo más emotivo de la noche: “Paula” y “Arrullo de estrellas”. Fue en este punto donde el Vive Latino se transformó en un cielo estrellado, con miles de celulares iluminando el estadio y varios fans sumidos en el llanto. “Labios rotos” mantuvo la energía en alto, mientras la luna en el fondo y los tonos rojos de las pantallas creaban una imagen digna de ser grabada por todos los presentes.

El momento más inesperado de la noche llegó cuando, como por arte de magia, Lo Blondo, vocalista de Hello Seahorse!, apareció en el escenario para interpretar “Luna”.

Las primeras notas bastaron para que el público enloqueciera. Con la luna brillando sobre el escenario y la voz etérea de Lo Blondo acompañando a Larregui, la canción alcanzó un nivel de emotividad pocas veces visto en un Vive Latino. Al terminar, León sonrió y dijo: “Esa sorpresa no se la esperaban, ¿verdad? Yo tampoco me la esperaba”, provocando una mezcla de risas y aplausos entre los asistentes.

El cierre del concierto prometía ser épico. Todos esperaban que “Love” y “Te soñé” fueran las encargadas de despedir la noche, pero Zoé tenía otros planes.

“Te soñé” fue la elegida como broche final, y el público la cantó con la misma pasión con la que ha acompañado a la banda durante años. Sin embargo, cuando parecía que todo había terminado, ocurrió algo inusual: la canción se repitió.

La razón, según rumores entre los asistentes, fue un error con una grabación para una de las marcas patrocinadoras del festival. ¿Marketing? ¿problemas técnicos? Nadie lo sabía con certeza, pero la situación dejó una sensación extraña, como si el show hubiera quedado en pausa por un momento antes de un reinicio inesperado.

A pesar de estos altibajos, la presentación de Zoé en el Vive Latino 2025 fue un viaje lleno de nostalgia, sorpresas y momentos memorables. Con Sergio Acosta en la guitarra, Ángel Mosqueda en el bajo, Jesús Báez en los teclados y Rodrigo Guardiola en la batería, la banda logró reconectar con su público y demostrar, una vez más, por qué sigue siendo una de las agrupaciones más queridas del rock en español.

Un show que, aunque imperfecto, dejó huella en la historia del festival.

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