
Bajo la tierra que habita México, se encuentran restos de centenares de personas que fueron asesinadas por el crimen organizado, en lo que ahora se conoce como campos de exterminio; lugares que el narco ocupa para desaparecer a sus víctimas, calcinándolos después de su muerte hasta solo dejar algunos restos óseos.
Ahora que el colectivo ‘Amor por los Desaparecidos’ ha puesto en evidencia una cantidad de fosas clandestinas alarmantes en Tamaulipas, más familias de personas buscadoras pusieron el foco en Jalisco, tras haber encontrado un crematorio en Teuchitlán.
Sin embargo, este lugar ya tiene registro de haber sido ocupado como campo o crematorio clandestino desde 2015, aunque claro, el tiempo puede abarcar muchos más años.
El pasado martes 11 de marzo, el titular de la FGR, Alejandro Gertz Manero, calificó de “increíble” que las autoridades locales y estatales no tuvieran conocimiento de las fosas y crematorios hallados en el estado de Jalisco que fueron encontradas por un grupo de familias buscadoras de desaparecidos, y adelantó que la FGR estudiaba atraer el caso.
A principios de este mes, la siembra del narco cobró sus frutos, cuando gracias a las labores de colectivos, se dio con la pista de cientos de zapatos, cráneos y huesos calcinados, casquillos de bala y cartas de despedida en un centro de reclutamiento utilizado por el Cartel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) en Teuchitlán.
Sin embargo, este lugar ya había sido investigado por las autoridades en 2015, cuando la Fiscalía General del Estado de Jalisco aseguró un rancho que era presuntamente utilizado por el CJNG.
Este predio se llamaba “Los Amiales”, y pertenecía a un hombre que fue asesinado en 2013, y que posteriormente, el CJNG se lo apropiaría para asesinar a personas que eran privadas de su libertad.
En aquel entonces, este rancho se le relacionó con al menos 10 crímenes que cometieron sicarios al mando de Nemesio Oseguera Cervantes.
Parecido a lo que ocurre en el racho Izaguirre, que desde la semana pasada también se ha encontrado un campo de exterminio en la zona, pese a que las autoridades solicitaron desde hace más una década la extensión de dominio para que el narco dejara de usarlo.
El CJNG tiene el control de México, en un país con restos de personas enterradas a metros de profundidad, autoridades que niegan la existencia de dichos campos y fosas, familias que buscan a sus seres queridos, y ciudadanos que esperan no ser los siguientes.