En movilidad social, este sexenio sale reprobado. 

Por Víctor Barrera 

Hacer un recuento de lo que sucede en un sexenio es un arduo trabajo que contiene varias vertientes y que en muchas ocasiones muchas de estas se observan desde el sentir de la gente, que es el termómetro mejor para calificar un gobierno 

Otro termómetro que puede acercarnos para determinar el resultado de un sexenio son los números, las cifras que se miden, en esta época moderna de México, para saber el crecimiento anual y sexenal del país en su Producto Interno Bruto, que en ingreso per cápita o individual que tendría cada uno de los habitantes y el poder adquisitivo que tiene en sus remuneraciones la gente para satisfacer no solo sus necedades básicas de alimentación, salud, vivienda y educación, sino también de esparcimiento. 

Si tomáramos estas tres vertientes entonces el sexenio que está por concluir tendría una clasificación menor al 5, lo que significa que será uno de los peores de la vida moderna en el país. 

Alguien podría manifestar que el nivel de popularidad, es decir el sentir de la gente, está en niveles de 68 por ciento, algo que sería positivo, pero si se analizara a profundidad este resultado, dejaría claro que de ese 68 por ciento de aceptación se debe principalmente a los programas sociales implementados en este gobierno. Y que lamentablemente solo sirven para distribuir más pobreza que riqueza. 

Mucha de la gente que recibe estos programas sociales, no han logrado salir de la pobreza, sea porque estos programas sociales solo le permiten cubrir las cuentas de sus medicamentos, ante un sistema de salud, precario en México. 

Algunas otras personas, no logran comprar los productos de la canasta básica alimentaria, lo que los ubica n un rango de pobreza, si a esto sumamos que muchos tampoco logran cubrir los gastos básicos para pagar los servicios públicos que ofrece le estado, otra gran cantidad se mantiene en niveles de pobreza. Todo esto a pesar de que en este rubro se han aplicado una gran cantidad de recursos públicos, subsidios, que finalmente resultan en los recursos de la población misma que invertidos en los sistemas de salud y educación podrían otorgar más herramientas a la gente para salir adelante. 

Esto nos deja como resultado que el nivel de gente que emigra del país, por falta de oportunidades laborales, se eleve en este sexenio y así lo demuestra el incremento en remesas que se recibe cada mes en el país. 

Sin duda tan solo en el aspecto de movilidad social, este sexenio sale reprobado, porque el resultado final es un incremento de la pobreza y pobreza extrema 

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