Fitch Ratings ratificó la calificación de la deuda soberana de México en BBB- con una perspectiva estable, lo que supone que no habrá cambios en la valuación en un periodo de 6 a 10 meses. La firma de riesgo consideró que la política macroeconómica es una fortaleza para la nota crediticia del país, pese a “los desafíos de gobernabilidad”; además el bajo crecimiento de la economía será una presión en el mediano plazo.
“La calificación de México está respaldada por un marco de política macroeconómica prudente, finanzas externas estables y sólidas”, argumentó Fitch, al ratificar en grado de inversión la deuda respaldada por el gobierno federal. Incluso reconoció que la proporción de endeudamiento en relación al producto interno bruto (PIB) se encuentra por debajo de economías calificadas en el mismo rango de BBB.
No obstante, “la calificación está restringida por un gobierno débil, un desempeño de crecimiento a largo plazo moderado, una intervención política continua que afecta las perspectivas de inversión y los posibles pasivos contingentes de Petróleos Mexicanos (Pemex)”.
Fitch acotó que la actual administración ha mantenido déficits fiscales moderados y en ese sentido se espera que este año los gastos superen a los entradas en 3.3 por ciento como proporción del PIB. Si bien las medidas de eficiencia recaudatoria implementadas por el Servicio de Administración Tributaria pueden tener efecto en el corto plazo, a falta de una reforma fiscal no se espera una mejora profunda en los ingresos, aseveró.
Agregó que derivado del aumento en el precio del petróleo a nivel internacional, los ingresos petroleros serán superiores a lo presupuestado por el gobierno federal, pero serán absorbidos por los subsidios a gasolinas. Las finanzas públicas no tendrán un impacto siempre y cuando el crudo no se cotice por arriba de los 100 dólares por barril.
La calificadora prevé que este año se reduzcan los apoyos de las finanzas públicas a Pemex, ya descontada la reducción en la carga tributaria y la inyección de capital por 2 mil 200 millones de dólares para cubrir vencimientos que se le hizo en el primer trimestre del año. Sin embargo, al moderarse el precio del petróleo el próximo año, volverán los apoyos “dadas las debilidades financieras estructurales” de la empresa.
También como un riesgo para la sostenibilidad de las finanzas públicas se encuentra un crecimiento que Fitch estima sea de 2 por ciento en 2022 y permanezca en este nivel el siguiente año. Hasta 2023 se espera que la economía recupere los niveles previos a la pandemia, lo que le dejará rezagada frente a países con una nota crediticia similar y a pares de América Latina.
La firma considera que el Banco de México realizará más aumentos a su tasa de referencia, dado el entorno internacional, pero los riesgos externos parecen contenidos por el tipo de cambio flotante y los niveles de reservas internacionales, además del acceso a la Línea de Crédito Flexible del Fondo Monetario Internacional.