El directorio ejecutivo del Fondo Monetario Internacional (FMI) dio este jueves una alegría al presidente argentino, Javier Milei, al aprobar el desembolso inmediato de unos 800 millones de dólares, pero avisó que debe “mejorar la calidad del ajuste fiscal”.
Un mes fue el tiempo que tardó en aprobar la octava revisión del acuerdo crediticio, que obtuvo el visto bueno del personal técnico a mediados de mayo.
El nuevo desembolso apoya “los esfuerzos de las autoridades por afianzar el proceso de desinflación, reconstruir las reservas fiscales y externas y apuntalar la recuperación”, señala el Fondo en un comunicado.
En 2022, el FMI y el gobierno argentino acordaron un programa crediticio en virtud del cual el país sudamericano recibe 44.000 millones de dólares a 30 meses a cambio de que aumente sus reservas internacionales y reduzca el déficit fiscal, de 3% del Producto Interno Bruto en 2021 a 2,5% en 2022, 1,9% en 2023 y 0,9% en 2024.
Con la octava revisión aprobada, Argentina habrá recibido en total unos 41.400 millones de dólares.
El programa crediticio sigue “firmemente encaminado, habiéndose cumplido con margen todos los criterios cuantitativos de rendimiento para finales de marzo de 2024”, añade la institución financiera en un comunicado escueto.
Pero “para mantener los sólidos avances se requiere mejorar la calidad del ajuste fiscal, iniciar pasos hacia un marco mejorado de política monetaria y cambiaria e implementar la agenda estructural”, advirtió.
E insistió en que el gobierno del presidente ultraliberal Javier Milei se esfuerce en “apoyar a los más vulnerables, ampliar el apoyo político y garantizar la agilidad en la formulación de las políticas”.
Además el directorio aprobó “exenciones de incumplimiento para una nueva restricción cambiaria y múltiples prácticas cambiarias en el contexto de cierta flexibilización de las restricciones al pago de dividendos”.
Milei quiere levantar en cuanto pueda el llamado cepo cambiario, es decir un control de cambios vigente desde 2019, que limita el acceso a dólares en un país con inflación históricamente alta en el que la divisa estadounidense oficia de valor refugio para los ahorros.
Pero para eso calcula que necesita unos 15.000 millones de dólares (aparte de los acordados en el programa crediticio).
Conseguir estos fondos se ha convertido en la meta del equipo del ministro de Economía argentino Luis Caputo, pero el FMI lo ha considerado hasta ahora precipitado y parece reticente a que el país se endeude aún más.
El objetivo se complica con la cercanía de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, principal accionista de la organización financiera.
Cepo cambiario aparte, en las últimas horas Milei está en una buena racha.
“Siguen las buenas noticias”, escribió el presidente argentino en su cuenta de X al compartir el comunicado del FMI.
Este jueves el Instituto Nacional de Estadística publicó la inflación de mayo, que se moderó hasta situarse en 4,2%, aunque en 12 meses sigue siendo una de las más altas de mundo al rozar el 280%.
Además, el Senado aprobó de madrugada su paquete de reformas del Estado en una maratónica sesión marcada por disturbios frente al Congreso que dejaron una veintena de heridos y detenidos.
Pero la llamada ley Bases de desregulación de la economía debe volver a la Cámara de Diputados para una aprobación definitiva.
El jueves el Senado argentino también adoptó un paquete fiscal que introduce un régimen de regularización de activos (blanqueo de capitales) y un controvertido incentivo a las grandes inversiones que ofrece ventajas fiscales, aduaneras y cambiarias durante 30 años a capitales extranjeros superiores a 200 millones de dólares.
Todo ello sumado a la renovación del swap con China confirmada ayer.
Desde que Milei asumió el cargo en diciembre pasado con su plan “motosierra” para cortar drásticamente el gasto, el FMI ha alabado los progresos realizados por el gobierno argentino.