El presidente Joe Biden y su antecesor Donald Trump realizará un duelo electoral en la línea fronteriza Texas y México, buscando tener ese escenario para intentar convencer a votantes de quién será el más efectivo en reducir de manera drástica el flujo migratorio, aunque ambas propuestas tendrían serias repercusiones para México.
Biden está intentando neutralizar un tema que se ha vuelto uno de sus flancos más vulnerables de su esfuerzo de reelección al adoptar algunas de las mismas políticas antiinmigrantes que su contrincante Trump implementó cuando ocupaba la Casa Blanca.
Biden ahora está concediendo que existe una crisis en la frontera e intenta culpar al liderazgo republicano de la cámara baja ya que ha rehusado a programar un voto sobre un proyecto de ley negociado en el Senado que incluye más fondos para contratar a agentes fronterizos y cerrar puntos de ingreso en la frontera.
El fracaso de ese proyecto de ley, argumenta la Casa Blanca, obligará ahora al presidente a usar poderes de emergencia para abordar la situación en la frontera.
Los detalles de esas acciones aún no son públicos, pero asesores de la Casa Blanca han dedicado gran parte de las últimas dos semanas filtrando a los medios estadounidenses papeles para que el presidente imponga restricciones dramáticas a la habilidad de los migrantes de solicitar asilo.
Inicialmente negarían solicitudes de asilo a aquellos que no cruzan por los puntos oficiales de ingreso a Estados Unidos, propuestas para emplear poderes de emergencia y cerrar casi todo ingreso de migrantes sin documentos en algunas circunstancias.