El misil puede impactar tanto en EEUU como en cualquier capital europea, y “hará que se lo piensen dos veces quienes amenazan a nuestro país con su retórica desenfrenada y agresiva”, declaró el presidente ruso, Vladimir Putin, tras el anuncio televisivo de la prueba balística.
Moscú precisó que su arma es capaz de destruir un área del tamaño de Texas y puede transportar una carga útil de hasta 15 ojivas nucleares.
El misil, que fue lanzado desde el cosmódromo de Plesetsk, alcanzó su objetivo a 6.000 kilómetros de distancia en el polígono de Kura, en la península de Kamchatka, bañada por el Océano Pacífico, según han informado las autoridades rusas.
Plesetsk se encuentra a unos 800 km al norte de Moscú y al sur de Arjánguelsk.
La península de Kamchatka está situada en el Extremo Oriente ruso. El misil llega en un momento de extrema tensión geopolítica debido a la guerra de Rusia en Ucrania. Ha estado en desarrollo durante años, por lo que su lanzamiento de prueba no es una sorpresa para Occidente.
El Sarmat “no tiene análogos en el mundo y no los tendrá durante mucho tiempo”, avisó Putin.
Rusia notificó adecuadamente a Estados Unidos antes del lanzamiento de prueba de su misil balístico intercontinental, dijo el Pentágono. Poco antes el Ministerio de Defensa publicó imágenes que muestran un misil blanco que emerge de un silo subterráneo en un sitio de lanzamiento nevado en una bola de fuego y luego se eleva hacia el cielo. Según el Gobierno norteamericano el misil es capaz de evadir los sistemas de defensa antimisiles.
La televisión rusa mostró a Putin supervisando el lanzamiento por videoconferencia en el Kremlin y recibiendo un informe del ministro de Defensa, Sergei Shoigu, cuya continuidad en el gobierno ha sido cuestionada en las últimas semanas debido a sus largas desapariciones del foco mediático y al lento avance de Rusia en Ucrania.