Siete municipios del estado de Guerrero, incluyendo al Puerto de Acapulco, fueron severamente afectados por el paso del Huracán Otis categoría 5 que toco tierra la madrugada del miércoles. El escenario es desolador, tal parece que fue bombardeada esa región del sureste de México por lo devastado por la furia con la que toco tierra el meteoro.
En la zona afectada miles perdieron su casa, en Acapulco el 80 por ciento de los hoteles quedaron inhabitables, la población carece prácticamente de todo y conforme avanzan las horas se hace más difícil conseguir agua potable, alimentos, medicinas, combustibles, pero la situación se agrava por la falta de energía eléctrica, telecomunicaciones y la internet; la incomunicación es total.
La desesperación de la gente ha derivado en saqueos a comercios, mercados, plazas comerciales, tiendas de autoservicio; en fin, la rapiña está a la orden del día, sin que los militares, la Guardia Nacional y las policías locales puedan evitarlo, es el caos. De manera oficial se habla de 27 muertos y tres desaparecidos, hay miles de heridos; los hospitales están saturados. Brigadas de militares y la Cruz Roja hacen esfuerzos mayúsculos para prestar ayuda humanitaria.
Hay severas afectaciones en las carreteras, por doquier se observan tirados árboles, postes de energía eléctrica y anuncios espectaculares. En el Aeropuerto de Acapulco se realizan operaciones visuales, ya se recuperó la torre de control y en las próximas horas tenderán un puente aéreo para sacar a los miles de turistas que se quedaron varados. La secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez, comentó que en menos de doce horas el meteoro Otis pasó de tormenta tropical a huracán categoría 5, algo atípico.