La Senadora Verónica Camino Farjat llamó a los parlamentarios de América Latina a tomar medidas concretas que garanticen el acceso equitativo a los alimentos nutritivos y seguros para todos, porque el hambre sigue siendo una realidad para millones de personas en esta región.
La Senadora por Yucatán dio la bienvenida a México a los legisladores de Paraguay, Uruguay, Colombia Bolivia, Chile, Argentina, Panamá, República Dominicana, Costa Rica, Guatemala, Antigua y Barbuda, Nicaragua, Jamaica, Honduras y Canadá que participan en el 7° Encuentro de la Red Parlamentaria de Cambio Climático y 15° Encuentro de la Red Parlamentaria para la Igualdad de Género de ParlAméricas, que se realiza en el Senado de la República
En su mensaje como 2da. vicepresidenta y presidenta de la Red Parlamentaria para la Igualdad de Género de ParlAméricas, Verónica Camino señaló que la seguridad alimentaria no es solo un Derecho Humano fundamental, sino también es un pilar crucial para el desarrollo sostenible de las comunidades de América Latina.
Indicó que fenómenos como el cambio climático y la aceleración del crecimiento demográfico han incrementado el flagelo de la inseguridad alimentaria, a su vez el panorama socioeconómico de la región parece por momentos alentador y por otros no.
Puntualizó que depende de los legisladores, en su labor desde las cámaras, cambiar ese panorama, volverlo más alentador, porque la seguridad alimentaria no solo se trata de producir más alimentos sino procurar que lleguen a todas las personas.
En la actualidad, detalló, los grupos poblacionales más afectados son las niñas y niños menores de cinco años y las mujeres.
“Las desigualdades de género dentro y fuera del hogar amenazan la asequibilidad de los alimentos y la seguridad nutricional afectando la salud”, asentó.
Verónica Camino sostuvo que las mujeres rurales llevan adelante el 50 por ciento de la producción agrícola, y son las responsables de la alimentación de sus hogares, pero la mayoría de ellas no pueden ejercer sus derechos sobre los bienes productivos.
En ese contexto anotó que las mujeres que viven en las zonas rurales enfrentan brechas de género en el acceso de tierra, agua, insumos, a los medios financieros, y la tecnología digital, entre muchas limitaciones sociales sumamente discriminatorias.
Además, detalló, realizan funciones que bajo los sesgos de género se consideran secundarias, y en las peores condiciones laborales, respecto a las que tienen los hombres, pues son irregulares, informales, de tiempo parcial, de escasa calificación, laboriosas y por efecto precarias.
Camino Farjat planteó que las mujeres de las comunidades rurales tienen una sobrecarga como cuidadoras no remuneradas, que limita sus oportunidades de educación y empleo, situación que afecta, por la brecha salarial de género, tanto a quienes trabajan en la producción agrícola como a las que tienen sus actividades productivas en otros segmentos.
Consideró relevante empoderar a las mujeres y cerrar la brecha de género en los sistemas agroalimentarios, para mejorar su bienestar personal y colectivo, avanzar en la reducción del hambre por la autonomía económica y el fortalecimiento de la resiliencia.
La legisladora habló sobre las leyes y reformas que en México se han impulsado en la última legislatura del Senado de la República, para darle la oportunidad a las mujeres de ser herederas de las tierras ejidales para trabajarlas.
Ahora, acentuó, tienen voz y voto que les da certeza en las asambleas ejidales y pueden participar en el rumbo que cada uno de sus ejidos debe tomar.
Verónica Camino destacó los alcances que actualmente tiene el programa del gobierno federal Sembrando Vida, que está dirigido a impulsar la reforestación más importante del país, que llega a 21 estados y por su importancia se destinaron mil 200 millones de pesos.
En el Senado de la República, apuntó, estamos en vísperas de colocar este programa como un derecho consagrado en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Sembrando Vida, refirió, no solo está en 21 estados del país, sino también se encuentra en otros países como El Salvador, donde este año generó 20 mil empleos directos y 23 mil indirectos, y se tiene como proyección que en el caso de Guatemala lleguen a 14 mil directos y 30 mil indirectos y en Belice a 2 mil directos y 4 mil indirectos.
“Con este programa se ha disminuido la intención de migrar considerablemente, como por ejemplo en El Salvador y Honduras donde paso de 52 a 7 por ciento de 2021 a 2022”, aseveró.
Precisó que una característica de este programa es que el 30 por ciento del padrón está compuesto por mujeres, lo que demuestra la importancia de ese sector de la población en la productividad del país.
