Ucrania puso en marcha intensos esfuerzos para evacuar a sus habitantes del este del país ante la inminencia de una ofensiva rusa, tras las imágenes de masacres cerca de Kiev que conmocionaron al mundo.
Ucrania necesita armas de los países de la OTAN “ahora” o será “demasiado tarde”, declaró el ministro ucranio de Relaciones Exteriores, Dmytro Kuleba, en una reunión de la Alianza en Bruselas.
“No dudo de que Ucrania tendrá las armas necesarias para combatir. La pregunta es cuándo”, dijo, tras reunirse con sus homólogos de los países de la OTAN.
Las fuerzas rusas se retiraron de los alrededores de la capital ucrania, donde dejaron una ola de devastación y muerte, un movimiento que para Ucrania y sus aliados occidentales es un reagrupamiento táctico para atacar el sureste del país.
El presidente ucranio, Volodimir Zelensky, advirtió que Moscú continúa “acumulando fuerzas de combate para realizar sus malas ambiciones en Donbás”, en el este.
Autoridades de las regiones orientales de Lugansk y Donetsk pidieron a los civiles abandonar la zona “mientras sea posible”, aunque ya estaba llevando a cabo lanzamiento de proyectiles.
“Podemos ver claramente antes de que el enemigo inicie su ataque total, que va a destruir el lugar completamente”, dijo el gobernador de Lugansk, Sergiy Gaiday, al canal 24 de Ucrania.
Este responsable indicó en Facebook que más de mil 200 personas fueron evacuadas el miércoles de Lugansk pero que el fuego de artillería impedía continuar.
Aseguró que toneladas de alimento, medicamento y productos de higiene serían entregados para quienes no puedan salir.
El jefe de la administración militar regional de Donetsk dijo que las instalaciones donde los civiles reciben ayuda fueron atacadas.
“El enemigo apuntó directamente allí con la intención de destruir a los civiles”, escribió en Facebook Pavlo Kyrylenko.
Aseguró que los residentes están siguiendo los llamados a evacuar y que las carreteras tienen más movimiento.
En la ciudad industrial de Severodonetsk, la localidad más oriental bajo control ucranio, los proyectiles y cohetes caían el miércoles a intervalos constantes.
“No tenemos dónde ir, ha sido así durante días”, declaró a AFP un vecino, Volodimir de 38 años, al frente de un edificio en llamas.
En otras partes, los preparativos para contrarrestar ataque estaban en marcha, como ocurrió en una carretera que conecta Járkov con Donetsk.
Para contener el avance ruso se excavan trincheras y la carretera está llena de obstáculos antitanques. Reservas cercanas de agua fueron abiertas y los puentes fueron destruidos.
“¡Los estamos esperando!”, exclamó un teniente encargado de reforzar las posiciones.
Ante esta ofensiva que parece inminente, el ministro ucranio de Relaciones Exteriores, Dmytro Kuleba, pidió el jueves a los miembros de la OTAN suministrar lo más rápidamente posible más armamento. “Vengo a pedir tres cosas: armas, armas y armas. Cuanto más rápido se entreguen, más vidas serán salvadas y destrucciones evitadas”, dijo al llegar a la sede de la OTAN en Bruselas para una reunión con cancilleres de los países miembros de esta organización.