El mejor proyecto y no la popularidad deberá ser el elemento para nuestra decisión en 2024

Por Víctor Barrera

Ante el rumbo que han tomado los bloques políticos existentes en el país, para casi definir  a quien, a partir del mes de noviembre podrían, contender en los comicios del 2024 para la presidencia de la república.

Es por ello, que ahora la ciudadana deberá analizar de manera profunda no solo las características de quienes pretenden llevar las riendas del país durante los próximos años hasta el 2030, si no también de donde provienen y que ofrecen para resolver las problemáticas que persisten en el país.

En el tiempo que llevan las corcholatas, en sus  precampañas, ninguna de estas ha ofrecido más allá de la continuidad de esta administración federal, es decir, seguiremos  en la inercia de seguir repartiendo recursos en programas sociales, para comprar conciencias y votos y no daremos el paso a la creación de riqueza, que permita  mayores condiciones para mejorar la calidad de vida de los mexicanos.

Entendemos que las corcholatas, quieran quedar bien con su “jefe” y con ello alcanzar la aprobación y designación a la candidatura del bloque para la presidencia del país, pero no debe ser a costa de mantener un país rico en recursos naturales y  humanos bajo la estela de la pobreza.

Y esto queda comprobado en los discursos de cada una de las corcholatas, que aseguran la continuidad, a pesar de observar que este camino nos ha llevado a  tener crecimientos económicos bajos, destrucción de los sistemas de salud y educativo, pilares para el desarrollo humano en México.

Si tomamos en c8uenta los recientes resultados publicados por del  Coneval con relación al estado de la pobreza en México, nos daremos cuenta que hemos retrocedido en términos reales en cuanto a disminuir el numero de pobres en el país.

Es cierto que  muchas familias mexicanas reciben ahora más ingresos,  a través de los programas sociales o por las remesas que les envían  sus familiares que salen del país por falta de un trabajo y oportunidades de desarrollo profesional.

Además estos ingresos son insuficientes si no existe la capacidad de comprar los alimentos de una canasta básica,  generando que mucha gente este en el rubro de pobreza alimentaría.

Este gobierno señala que solo el 36 por ciento de la población se encuentra en el rubro de pobreza, pero el restante  no ha obtenido  superar algún rubro de pobreza, como la falta de  seguridad social o  de acceder al sistema educativo,  porque tampoco  tiene un empelo seguro que les permita obtener ingresos suficientes para pagar estos servicios, que debería ofrecer de manera total el estado.

Ante esto deberemos analizar realmente si queremos la continuidad ofrecida por las corcholatas.

Respecto al otro bloque, el denominado Frente Amplio por México,  por ahora, desconocemos cual será el plan de nación que propondrán, pero  algo es seguro no será la continuidad.

Este frente deberá establecer un plan con objetivos alcanzables a corto y mediano plazo, que permitan reducir la pobreza en el país,  para con ello también reducir los altos índices de inseguridad, Que este plan tenga una estrategia para crear riqueza que permita a todos los mexicanos tener acceso  a los sistemas de salud, y educativo, de calidad, además de que el reparto de esa riqueza sea equitativa y no solo para la compra de votos.

México debe cambiar, y si es necesario cambiar de régimen deberemos hacerlo, ya no podemos seguir siendo engañados con  falsas promesas  si no nos dan a conocer como se resolverán, de manera real y certeza las problemáticas del país.

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