Por Víctor Barrera
Recientemente el inquilino de Palacio Nacional manifestó su incomodidad por la cantidad de solicitudes ciudadanas para saber el costo real que la ciudadanía debe pagar para “mantener” al poder Ejecutivo.
Y dio a entender que hasta preguntan por el costo del papel higiénico que utilizan, algo que debe ser normal porque la ciudadanía debe estar enterada en que se gastan los impuestos que paga y que son principalmente para el mejoramiento de su calidad de vida y no para pagar los lujos de la alta burocracia del país.
La ciudadanía busca conocer si en verdad este gobierno en la persona del titular del poder Ejecutivo aplica su política de “austeridad y ahorro” o el de la “pobreza franciscana” de manera real y no solo como una herramienta de propaganda.
También indica que la transparencia incomoda cuando desnuda la falsedad del discurso público de la honestidad, la austeridad y toda esa rectitud que se presume como bandera política.
Quizás es por ello que este gobierno busca la manera de mantener o crear el “mundo ideal donde la opacidad y la no rendición de cuentas o el ocultar las cuentas a través de “la seguridad nacional” se prolongue durante varios años.
Y esto explica entonces porque el gobierno federal trata de retrasar aún más el nombramiento de los comisionados faltantes dentro del Inai, porque la inoperancia es un elemento que permite debilitar a un organismo para presentarlo como inútil y costoso para la sociedad.
Afortunadamente, una buena parte de la sociedad, sabe que el poder de la información es algo importante y la presión de la ciudadanía para que el gobierno mantenga esta institución autónoma y que son también organismos supervisores para evitar que alguna autoridad se exceda en sus funciones o mal gaste los recursos públicos.
México requiere seguir avanzando y no retroceder en nada y quien así lo intente hacer no deberá tener la confianza de la ciudadanía porque entonces estaremos abriendo la puerta a que la corrupción siga prevaleciendo en el país.
Si los funcionarios tabasqueños buscan un “mundo ideal” que lo hagan fuera de las funciones públicas y no interrumpan el avance de la transparencia y la rendición de cuentas.
Si ellos quieren regresar a los tiempos de la opacidad de las anteriores administraciones federales, de siglo pasado, no deberemos apoyarlos sino al contrario pedirles que renuncien a sus cargos porque México necesita de funcionarios verdaderamente honestos y no simples populistas que buscan beneficiarse acosta de todos.
Por lo tanto, deberos exigir que el gobierno federal nombre a los comisionados faltantes del Inai, Que deje de debilitar, desaparecer y asediar a los organismos autónomos que han costado esfuerzo y dinero y permitir que la rendición de cuentas, transparencia y el buen uso adecuado de los recursos públicos sea lo que prevalezca en México.
