Restringir información en medios que ‘haga apología del suicidio’, pide legisladora

La programación en medios de comunicación, dirigida a menores de edad, debe evitar contenidos, incluyendo imágenes, video y descripciones, que “hagan apología del suicidio”, propuso la integrante de la bancada del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en la Cámara de Diputados, Cristina Amezcua.

La congresista planteó reformas a la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión para establecer las restricciones señaladas.

Solicitó limitar el uso de imágenes y “narrativas” explícitas sobre suicidios, incluyendo información sobre algunos retos virales o “challenge” promovidos en redes sociales, que pudieran ser “fuente de propagación” de ideas suicidas.

Subrayó que mostrar información de ese tipo relacionada con “celebridades” o figuras públicas también debe tener un tratamiento cuidadoso y especial en los medios de comunicación, ya que pueden incitar a cometer esas conductas, a personas y espectadores que presentan algún tipo de riesgo.

La congresista manifestó que existen estrategias de prevención del suicidio a partir de información difundida en medios de comunicación, que incluyen prácticas responsables como evitar ser “sensacionalistas” con la información referida y enfocarla a la prevención.

Publicar información sobre líneas directas de atención a las personas que sufren angustia o tienen pensamientos suicida, difundir aspectos positivos de personas que ha superado pensamientos y conductas suicidas, y divulgar datos sobre mecanismos, y alternativas para atender a personas que se encuentran en esa situación como acudir al médico, pedir ayuda a especialistas o bien, unirse a grupos de apoyo.

La congresista agregó que los medios de comunicación deberían establecer coordinación con las autoridades en salud, para promover una “cobertura responsable” de noticias relacionadas al tema de suicidio.

Lo anterior, para reducir la incidencia del “suicidio inducido por los medios” de comunicación.

En la argumentación de su proyecto, indicó que el suicidio está reconocido como un problema de salud pública por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), sin embargo, existe desinformación, mitos, estigmas y tabús alrededor de dicha situación.

Afirmó que según la OPS, cada año más de 703 mil personas en el mundo se quitan la vida, lo que representa un fallecimiento por esa causa, cada 40 segundos.

En el caso de México, refirió que datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía muestran que en 2021, se registraron 8 mil 351 “fallecimientos por lesiones autoinfligidas”.

Las principales víctimas de suicidio, identificó el INEGI,, son hombres de entre 15 y 29 años, lo que convierte ese factor en la cuarta causa de muerte entre la población referida.

Agregó que las entidades donde más altas tasas de suicidio se tienen identificadas entre personas de 15 a 29 años, son Chihuahua, Yucatán y Campeche.

La congresista agregó que el Sistema Nacional de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes (SIPINNA), ha identificado 10 principales señales de alerta y situaciones de riesgo que podrían representar indicios de intentos de suicidio.

Se trata, refirió la congresista, de problemas emocionales, como miedo extremo, ansiedad, baja autoestima y culpa, que se manifiestan en conductas como el uso de navajas u otro objeto para autolesionarse, así como el inicio en el consumo y consumo excesivo de alcohol, cigarros y otras drogas ilegales.

También pueden ser considerarse como elementos de alerta y probables intentos de suicidio, los problemas de relaciones sociales, como falta de amigos, aislamiento y sentimientos de falta de apoyo de la familia y conocidos.

Asimismo, problemas cognitivos, trastornos de conducta alimentaria, antecedentes familiares de suicidio e intentos de suicidio, haber sido víctima de distintos tipos de violencia; duelo y tristeza por pérdidas de familiares, amigos, mascotas, divorcio de los padres y problemas económicos.

De igual modo, se consideran señales de alerta y probabilidad de intento de suicidio, el buscar tener a la mano armas de fuego o medicamentos, interés en información y temáticas relacionadas con el suicidio a través de búsquedas en internet y redes sociales, y haber realizado algún intento de quitarse la vida.

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