Evitemos que seamos subyugados en nuestra democracia 

Por Víctor Barrera 

A partir de este miércoles 1 de febrero, cuando da inicio el segundo periodo del segundo año legislativo, todos los mexicanos deberemos estar atentos en la forma en la cual se conducirán nuestros representantes, si alguna vez nos hemos sentido representados,  con relación a las modificaciones de las leyes secundarias en materia electoral. 

Deberemos evitar que la mayoría, un grupo de legisladores que parecen más “empelados” de López Obrador, que representantes de la ciudadanía, modifiquen esta Ley, que nos ha permitido ejercer  el voto en libertad y el ejemplo claro son los diferentes regimenes políticos que han gobernado al país, PAN, PRI y ahora Morena. 

Si esta mayoría, aprueba las modificaciones legales, entonces perderemos uno de los fundamentales  del país para mantener una libertad plena, que es el elegir a nuestros gobernantes, sin la participación del Estado como juez y parte. 

Porque el llamado “Plan B”, que es simplemente un acción politiquera del actual gobierno, obligaría a que el INE sea solamente un órgano dependiente del gobierno y el presidente en turno elegiría a sus sucesor, algo que empezamos a erradicar desde el inicio de este siglo,  donde triunfo por primera vez el PAN. 

Una verdadera democracia permite a todos los ciudadanos, no solo elegir  a sus gobernantes, sino también mantener sus derechos humanos fundamentales a salvo,   además de una verdadera justicia, libertad de expresión, crear contrapesos  para evitar que un solo poder en el país abuse de ello. 

La democracia nos permite  establecer una serie de leyes, normas y reglas, transparentes y eficientes que deberán ser respetadas por todos, y nadie pueda modificarlas arbitrariamente, solo porque tiene una mayoría invisibilizando a las minorías, violentando sus derechos, algo que claramente estaría rompiendo una buena parte del Estado de derecho de nuestro país. 

La otra parte que corresponde  al desarrollo económico, esto solo se da si existe una libertad total para el desarrollo y crecimiento de los sectores productivos, donde cada mexicano tenga la oportunidad de crear riqueza y que esta no sea limitada, porque al presidente en turno le fastidian los “fifí”  o los “aspiracionistas”. 

En esta parte, la económica, se debe respetar  los derechos privados de propiedad de la gente, reconociendo que cada uno de nosotros tenemos el derecho  a la posesión de bienes y que, mientras estos sean conseguido bajo la leyes que nos rigen, no podemos ser molestados en ellos. 

Esto permitirá la creación y el desarrollo de la riqueza, y el único limitante deberá ser cuando se  atente en contra de los derechos de propiedad de terceros por lo que el homicidio, el robo, la violación, el fraude, y otros delitos  deberán estar prohibidos en el marco legal, sujeto a ser penalizado quien incurra en este tipo de delitos. 

También debe existir la libertad y oportunidades para acceder  a los mercados, a los bienes, servicios o factores de la producción, a través de las oportunidades que  origine el gobierno, sin que se privilegie a una persona o grupo de ellos, sobre toda la población. 

Es  por todo eso la importancia de mantener una política democrática  totalmente autónoma, que el gobierno no intervenga en ella y que acate los resultados y decisiones de los comicios electorales. 

Que acepta también la decisión de los poderes en el país, que no quiera intervenir ni en el poder legislativo, ni el judicial, como hasta ahora ha logrado este gobierno hacerlo. 

No podemos permitir esas libertades y derechos que tenemos porque entonces, caeremos en gobiernos autoritarios donde no habrá desarrollo, político, social y económico, porque  esto no es bueno para un autoritario, que pretende que todos dependan de él y por consecuencia se sientan obligados ha  mantenerlo durante muchos años en el poder. 

Es cierto que en México estamos todavía muy lejos de vivir bajo un Estado de derecho íntegro, pero  debemos seguir dando pasos hacia lograr ello y no retroceder. 

No permitamos que un grupo quiera aprovechar esto para permanecer en el poder. Que sea este grupo quien decida el destino del  país, por varios años, Ya lo vivimos, y logamos cambiarlo, es mejor enseñar a nuestra clase política que quien  no de resultados positivos en los tiempos determinados para ello, es decir en su sexenio,  no podrá continuar  en su puesto publico. Esto es el verdadero valor de la democracia política, el valor del voto ciudadano. 

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