“Me frustra sentir cobardía: Valeria Luiselli teme a las repercusiones de publicar en EU

Es la primera vez que la escritora Valeria Luiselli enfrenta un miedo y la cobardía, pero así lo dijo en el Hay Festival Querétaro. 

Los sentimientos son producto de los tiempos que se viven a partir del gobierno de Donald Trump en Estados Unidos –país en donde radica desde hace más de 20 años–, y que siente luego del posible desarrollo de un trabajo a partir de experiencias vividas visitando y trabajando con adolescentes en centros de detención migratorios. 

La autora de las ‘fronteras’ tangibles, familiares, la memoria y la lengua y recientemente ganadora del American Books Award por “Los niños perdidos” (2024), dialogó en la Cineteca Rosalío Solano en el Centro Histórico de esta ciudad en relación a su libro “Desierto sonoro” (2024, y Premio Literario de Dublín en 2021) y su proyecto sonoro de corte multidisciplinario “Ecos de las tierras fronteriza”—que realiza en colaboración con Ricardo Giraldo y Leo Heiblum. 

Tras un diálogo la tarde de este viernes en la Cineteca hubo una muestra por la noche en el Teatro de la Ciudad donde el público pudo escuchar un corte de una hora de sonidos de la frontera entre EU y México. El audio fue una selección entre un total de 24 horas. 

Sobre ese proyecto Luiselli afirmó que es un trabajo de largo aliento de 10 años de trabajo (llevan 5 años al día de hoy) que a su decir alcanzaría su doctorado en Texas, estado difícil de grabar debido a una zona de terrenos privados, lo que conlleva el derecho de propietarios a disparar en ‘defensa’ según leyes estadunidenses, dijo: 

“Llevamos cinco años grabando en la frontera, con tormentas de lluvia, conversaciones con la migra, en Brownsville, en el ‘Starbase’ de Elon Musk, la pieza final dura 24 horas porque es lo que dura –más o menos– manejar la frontera en una línea recta del lado gringo. Es todo un proceso”. 

Pero sin duda uno de los diálogos que llamó la atención fue un proyecto alterno que relató, el de visitas a adolescentes a centros migratorios en donde ha trabajado en torno a la narrativa, ahí bajo su guía las niñas buscaron escribir diálogos, cartas y hasta un collage que dedicaron (no a familiares o amigos) sino a futuras niñas que como ellas pudieran llegar ahí, plasmando mensajes de resiliencia y fuerza. 

Todas esas historias y vivencias, así como un audio de una niña atrapada por servicios migratorios pidiendo a las autoridades localizar a su tía mediante un número telefónico la han ‘quebrado’ al punto de las lágrimas, afirmando que hay historias que quisiera escribir, sin embargo, hay ‘un pero’: 

“La cobardía nunca ha sido un rasgo mío, he sido desbocada me he lanzado como ‘el borras’ me he lanzado demasiado sin pensar mucho, pero me frustra por primera vez sentir cobardía, miedo y no sé muy bien qué hacer con eso, me dan miedo las repercusiones de publicar en EU algo que me ponga en la mira de un gobierno que está rebasando todo lo impensable. 

“Lo que pienso es que puedo escribirlo en español y publicarlo fuera de Estados Unidos, porque son tan ignorantes y monolingües que no lo van a leer, y ya decidiré después si lo publico en inglés o no, o cuándo”. 

Más tarde extendió el diálogo en una conferencia con la prensa en donde dijo sentirse de esa manera ante la incertidumbre. También dijo conocer la situación con el ilustrador mexicano Felipe Galindo “Feggo” (recientemente entrevistado por Proceso) con quien dijo solidarizarse: 

“Es la primera vez que me enfrento con algo así, pero es una situación que en la historia de la humanidad muchos escritores, en distintos periodos, han tenido que enfrentar, solo que no me esperaba el tener que plantearme esto”.