
BBVA estima que, para el cierre de 2025, las remesas familiares a México podrían alcanzar los 61 mil millones de dólares, lo que implicaría una caída anual de 5.8 por ciento.
De acuerdo con el Anuario de Migración y Remesas 2025, elaborado por BBVA y el Consejo Nacional de Población (Conapo), la caída está vinculada con la política migratoria del presidente Donald Trump.
Sin embargo, el documento aclara que el impacto no proviene tanto de las detenciones y deportaciones, sino del temor que estas generan.
“Menos migrantes mexicanos salen a trabajar y a consumir”, advierte el reporte.
Además del miedo, otro factor que ha limitado el flujo de recursos es la menor inserción de nuevos migrantes mexicanos al mercado laboral de Estados Unidos, lo que se traduce en menos personas con capacidad de enviar dinero a sus familias.
El economista en jefe de BBVA México, Carlos Serrano, explicó que también influye el comportamiento del tipo de cambio.
Cuando el dólar se fortalece frente al peso, los migrantes tienden a aprovechar el diferencial y envían mayores cantidades. Pero cuando el peso se aprecia, el incentivo disminuye.
“Muchos migrantes mandan recursos como inversión para su retorno. La apreciación del peso desincentiva el envío”, se lee en una de las diapositivas del estudio.
A pesar del retroceso proyectado, Serrano sostuvo que esta baja en las remesas “no representa un desequilibrio en la balanza de pagos”.
En cuanto al nuevo impuesto del 1% sobre las remesas, BBVA minimizó su impacto en el caso de México.
“Los centroamericanos serán los más afectados”, señaló el especialista.
Según sus datos, el 85% de los migrantes mexicanos cuenta con una cuenta bancaria en Estados Unidos, por lo que la mayoría podría seguir enviando recursos sin complicaciones y evitar así el cobro del nuevo gravamen.