Debilita EU sus compromisos en materia ambiental, critica Monreal

El cambio en la política ambiental de Estados Unidos, que implicará el debilitamiento de los compromisos de ese país en la materia podría tener impacto a nivel global, alertó el líder parlamentario del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) en la Cámara de Diputados, Ricardo Monreal.

Ante el hecho, expresó, México deberá reforzar sus políticas ambientales y evitar que las normas en ese rubro “se debiliten por presiones comerciales”.

“México debe mantener firmes sus políticas de protección al medio ambiente. El cambio climático no espera. Es momento de reafirmar el compromiso con un futuro sostenible. Comparto mi artículo, para el análisis”, anotó en su cuenta en la red social X, antes Twitter, @RicardoMonrealA.

Al mensaje agregó una reflexión publicada en su página de internet personal, titulada “Estados Unidos repliega su política climática: desafíos para México”.

Indicó que el cambio climático es uno de los mayores desafíos del siglo y su impacto con fenómenos naturales cada vez más drásticos y destructivos, así como en la producción de alimentos, aunado a que se presentan olas de calor más intensas y eso, exige actuar de manera responsable.

En el contexto del debilitamiento de los compromisos ambientales de algunas potencias globales, como Estados Unidos, México debe reforzar los suyos, así como las acciones de protección del medio ambiente y políticas públicas que tienen enfoque de justicia social y sostenibilidad.

Recordó que, a finales de junio pasado, la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos anunció la propuesta de revocar el dictamen legal y técnico denominado “Endangement Finding”, establecido desde el año 2009, que contempla la regulación de gases de efecto invernadero.

Ello, conforme a la política “Clean Air Act” que catalogó sustancias como el dióxido de carbono, el metano y el óxido nitroso como riesgosos para la salud pública y el bienestar humano.

Indicó que esas disposiciones fueron la base para la regulación de emisiones en vehículos y motores de servicio ligero, mediano y pesado, también de centrales eléctricas y operaciones vinculadas a la industria energética que involucran al petróleo y el gas.

No obstante, la actual administración norteamericana consideró defectuoso el dictamen, argumentó que no hay tecnología para controlar emisiones sin que se provoquen “daños mayores a la economía” y el “bienestar público, y lo calificó como una sobrerregulación con cargas innecesarias a la economía de ese país.

Eso, aunado a que le ahorrarían al gobierno del país socio 54 mil millones de dólares al año.

Monreal Ávila puntualizó que la determinación del gobierno del presidente Trump de dar marcha atrás a las medidas ambientales señaladas, aún está por ser sometida a consulta pública y revisión legal, sin embargo, frente a esa intención, México debe fortalecer sus políticas ambientales.

La “narrativa” para justificar la desregulación en materia ambiental que sectores industriales en Estados Unidos respaldan, dijo, se presenta en un momento crítico para el mundo frente al combate al calentamiento global y debilita compromisos gubernamentales de una de las principales potencias mundiales establecidos a través del Acuerdo de París.

Añadió que durante los mandatos del Presidente Trump, ha sido recurrente la determinación de hacer a un lado las acciones a favor del medio ambiente, pese a que esa nación es la segunda emisora de contaminantes en el orbe.

Advirtió que la decisión señalada no sólo afectará a los Estados Unidos, sino al resto de los países, incluyendo a México, porque contraviene disposiciones del Capítulo 24 del T-MEC, respecto a que cada país es responsable de sus políticas ambientales, pero deben mantener y mejorar dichas medidas para garantizar una mayor protección ambiental.

“Esta estrategia de desregulación se alinea con la política estadounidense de atracción y repatriación de capitales, lo que podría incentivar la relocalización de industrias contaminantes hacia su territorio, aprovechando un entorno regulatorio más laxo y menores costos operativos”, anotó.

Insistió en que, frente a ello, la política ambiental de México deberá fortalecerse, el país tiene que mantener su “liderazgo climático” en América Latina, “reforzar su institucionalidad ambiental, asegurar la participación ciudadana y evitar que sus normas se debiliten por presiones comerciales”.

“Lo que está en juego no es un tecnicismo regulatorio, ni un simple diferendo comercial. Es el derecho de los pueblos a un ambiente sano, a la estabilidad climática y a un futuro compartido. EE. UU. puede dar marcha atrás en sus compromisos, pero México aún tiene la posibilidad de reafirmar que su visión de desarrollo se basa en el derecho colectivo a un porvenir viable y ambientalmente justo”, argumentó.

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