
Por Víctor Barrera
Nuevamente México se encuentra amenazado por los aranceles que impondrá el gobierno de los Estados Unidos a productos mexicanos que entren a su país y este ahora será de 30 por ciento, lo que significaría un duro golpe a l economía nacional y sobre todo al crecimiento económico.
Ese arancel deriva principalmente a la poca cooperación que tiene el gobierno mexicano para entregar a quienes están ligados a los cárteles de la droga en México y a decir del gobierno de Donald Trump, muchas de estas personas ahora están en puestos importantes en nuestro país.
Esta embestida ahora fue de dos frentes, el gobierno estadounidense a través e una carta y del abogado de Ovidio Guzmán, este último utiliza todas las herramientas a su alcance para encontrar un acuerdo entre su defendido y el gobierno estadounidense.
Lo lamentable de esto es que si solo fuera la acusación contra personas que no están en el gobierno, la salida fácil seria cooperar, pero cuando el gobierno mexicano, defiende desde las mañaneras y en cada aparición que hace Claudia Sheinbaum a los cárteles mexicanos y descalifica las declaraciones del abogado y no responde al gobierno estadounidense, entonces se enciendan los focos de la suspicacia.
Recordemos que desde su campaña política y ahora que está en su segundo mandato presidencial, Donald Trump a pedido que se clasifique a los cárteles mexicanos como terroristas, para que ambos gobiernos, el estadounidense y el mexicano establezcan una estrategia para terminar con estos grupos y erradicar un mal que lo mismo afecta a la población de Estados Unidos que a la mexicana.
Pero al parecer al gobierno mexicano le duele más que se clasifique a estos carteles como terroristas y los defiende. Ante esto, el problema es que la suspicacia lleva a muchos a pensar que, en realidad, las instituciones de México han sido cooptadas por estos carteles, lo que nos lleva a un peligro mucho más alto al interior del país.
Esto es, que estos grupos criminales ya no solo se conforman con tener el poder económico, sino ahora están ya dentro del poder político, colocando a sus candidatos para así no solo coaccionar a los presidentes municipales o gobernadores, sino decidir quién asumirá esos cargos y posiblemente también dentro del Congreso de la Unión.
Esto nos llevaría al escenario más degradado nuestra nación donde las decisiones no se toman de acuerdo a los consensos nacionales, sino en aras de obtener más poder y mantenerlo. Por tanto, lo que debe hacer el gobierno federal es establecer un diálogo directo con el gobierno de Trump, para crear una estrategia que vaya debitando a estos grupos criminales y salgan de las instituciones mexicanas a aquellos políticos que se ha vuelto cómplices de esas organizaciones criminales.
No se trata de hablar de pérdida de soberanía sino de salvarla de ser rehén de esos grupos criminales. Hasta el momento se ha dicho que una tercera parte del país es dominado por estos grupos criminales, no permitamos que esto crezca y exijamos al gobierno federal actué a favor de la población y no de esos grupos.
Por ello es importante que la ciudadanía utilice la herramienta más fuerte y confiable para erradicar a esos políticos que no deben estar en el país, que es el voto. Es cuestión que la gente deje de votar por aquellos que se sabe no hacen su labor al objetivo común qué es México, sino solo para beneficiar a un grupo de personas.
Estamos a tiempo de hacer ese cambio y lo podemos hacer sin derramar más sangre, solo exigiendo el respeto al voto y al a verdadera democracia.