En el Presupuesto 2025 no se asignó un solo peso al Programa IMSS-Bienestar

La presidenta anunció su incorporación al IMSS ordinario, pero no le asignarían recursos adicionales, y seguirían haciendo uso de las reservas del IMSS, con la promesa de que regresarán el dinero en los próximos años. Así, el dinero de los trabajadores cubriría los servicios de los no derechohabientes.

Esto es un desfalco a los trabajadores, ya que las reservas del IMSS provienen de cuotas obrero-patronales, es decir, son los recursos para financiar los servicios de este sector de la población. El Programa IMSS-Bienestar debería financiarse con recursos del presupuesto federal, no con dinero de los trabajadores: diputado federal Éctor Jaime Ramírez Barba.

1 de julio de 2025.

El decreto que la presidenta Claudia Sheinbaum y Zoé Robledo anunciaron para la extinción del Programa IMSS-Bienestar (conocido anteriormente como IMSS-Coplamar) y su incorporación al régimen ordinario del Seguro Social (IMSS), tras 45 años de operación, tiene serios riesgos para las finanzas de la institución, para el bolsillo de los trabajadores y para la prestación de servicios de salud.

Programa IMSS-Bienestar no tiene recursos para 2025:

Hasta su extinción el día de hoy, este programa proporcionaba atención de primer y segundo nivel de atención en sus unidades médicas, a través de 81 unidades hospitalarias, con servicios de cirugía general, gineco-obstetricia, medicina interna, pediatría, anestesiología, medicina familiar y epidemiología. Y durante 45 años, su Modelo de Atención Integral a la Salud (MAIS), había sido la manera más efectiva de proveer de servicios de salud y medicamentos gratuitos a las personas que habitan en las localidades de alta marginación y comunidades indígenas.

El desmantelamiento del Programa no es novedad, desde noviembre de 2024, en la Cámara de Diputados denunciamos que el Presupuesto de Egresos de la Federación 2025 no asignó recursos al Programa IMSS-Bienestar, pese a estar incluido formalmente en la estructura de programas federales. El año anterior, en 2024, contaba con 21 mil millones de pesos.

Se apoderan de las reservas de los trabajadores del IMSS:

Ante el desastre inminente, en diciembre de 2024, el Consejo Técnico del IMSS autorizó usar las reservas de la institución, 10 mil millones de pesos, es decir el dinero de los trabajadores, para evitar el cierre de las unidades médicas y el despido de los trabajadores, pero solamente lo hizo por los primeros 3 meses del 2025. A la fecha, desconocemos como se está financiando el Programa.

Ahora, con el decreto de la presidenta Sheinbaum para la incorporación del Programa IMSS-Bienestar al régimen ordinario del Seguro Social (IMSS), se estarían institucionalizando un desfalco al bolsillo de los trabajadores, para pagar los servicios de la población sin seguridad social. Con la promesa de que van a reintegrar esos recursos en los próximos años, pero sin una programación de esos reintegros y sin transparencia sobre cuantos recursos ya usaron.

Esto va a afectar severamente las finanzas del IMSS, ya que harían uso de las reservas de la institución, mismas que en origen, están diseñadas para garantizar la continuidad de los servicios del Seguro Social ante contingencias; es decir, las prestaciones para riesgos de trabajo, enfermedades y maternidad, invalidez y vida, retiro, cesantía en edad avanzada, vejez y guarderías.

Incluso, el IMSS tendrá que pagar lo correspondiente al Régimen de Jubilaciones y Pensiones de los trabajadores y los extrabajadores que laboraron en las unidades del Programa IMSS-Bienestar; es decir, un pasivo que seguirá en aumento. Lo que compromete la promesa de que se reintegren estos recursos en un futuro.

La presidenta no tiene las atribuciones para quitarle dinero a las reservas del IMSS para financiar población sin seguridad social, esta decisión le corresponde al Consejo Técnico del IMSS, es decir, a los representantes de los trabajadores y los patrones. El gobierno debe recibir autorización de los trabajadores del Seguro Social para realizar esa transferencia de recursos, no lo puede hacer por decreto.

Los estados tendrán que pagar compensaciones:

Además, también harán uso de los recursos e infraestructura del IMSS-Bienestar (organismo que sustituyó al INSABI) y de los gobiernos estatales, para hacer frente a una obligación que debería contar con recursos federales y mayor inversión. En la práctica, esto significa un incremento de 10 millones de beneficiarios, pero sin ningún peso adicional. Esto provocará una mayor saturación y precarización de todos los subsistemas del sector público de salud.

Esto afecta sobre todo a los estados que no están afiliados al organismo público IMSS-Bienestar, ya que tendrán que pagar una compensación cuando el IMSS atienda su población.

Habrá afectaciones a los trabajadores:

Además, la transferencia implica el traslado total de la infraestructura, el personal, las unidades y los hospitales al IMSS; lo que incluye 81 hospitales rurales en 19 estados y 28 mil trabajadores. Y recordemos que, el gobierno federal ha estado cambiando la adscripción de los trabajadores del sector salud en los estados con terribles violaciones a sus derechos: despidos, pérdida de antigüedad, reducción salarial, incrementos de la jornada laboral, cambios de sede y menos prestaciones. Estaremos vigilando para que no se cometan nuevos abusos.

En cuanto a los aspectos operativos, el IMSS carece de la infraestructura necesaria en las zonas rurales. Si el objetivo es atender a la población más marginada, esta decisión es errónea, ya que aleja a los administradores de las comunidades con mayores necesidades. Esto pone en riesgo los servicios de salud de 10 millones de personas sin seguridad social en los municipios más remotos del país.

Se reconoce el fracaso del organismo descentralizado IMSS-Bienestar:

Estas medidas del gobierno federal también son el reconocimiento de que el organismo público IMSS-Bienestar no ha funcionado, ya que, de confiar en la institución administrada por Alejandro Svarch, le habrían confiado esta tarea, misma que ahora otorgan a Zoé Robledo.

Este decreto abonará a la fragmentación del Sistema de Salud. Si supuestamente el organismo descentralizado IMSS-Bienestar es el sistema de salud universal para la población sin seguridad social, no hay razón para que se integre en el Seguro Social. Solamente vemos una razón de fondo: apoderarse más recursos.

¿Cuál será el modelo de atención para los 10 millones de personas sin seguridad social? Es probable que no incluya los mismos servicios que reciben los derechohabientes del IMSS. En la práctica, este decreto generará tres categorías de servicios: uno para los afiliados al IMSS, otro para los beneficiarios de IMSS-Bienestar y un tercero para los del Programa IMSS-Bienestar (antes Coplamar).

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