
Por Víctor Barrera
México si ha mostrado un cambio, lamentablemente este no ha sido para bien sino todo lo contrario. En lo que va de las administraciones de la llamada 4T, se ha destruido todo aquello que nos llevaba poco a poco a consolidar una democracia. Donde todos los mexicanos eran escuchados y todos podrían obtener derechos, pero también obligaciones, para mejorar su calidad de vida.
El México que añoraban aquellos que se decían demócratas no llegará porque ahora que allana el camino para consolidar el régimen político que Mario Vargas Llosa calificaba como la Dictadura Perfecta.
Ese régimen donde el poder era de una persona y podría ser compartido solamente con aquellos cercanos y sus aliados. vuelve, Ahora vemos que es solo un pequeño grupo que se enriquecerse, mientras que la inmensa mayoría de la población en la pobreza.
La Constitución Política es clara en cuanto al mandato que tiene el titular del Ejecutivo que es administrar los bienes de la Nación para el bienestar de su población, pero esto sea interpretado en a administrar los bienes de la Nación para el beneficio de un pequeño grupo.
Vemos como sin pudor algún, los nuevos ricos de la clase política ostentan sus riquezas, mientras que la mayoría de población apenas alcanzan a cubrir las necesidades básicas de alimentación y cercen de los servicios públicos que el Estado debe proporcionarles para una menor calidad de vida, como la salud. Sistema que sigue presentando, escasez de medicamentos, falta de personal médico, infraestructura y material para realizar sus labores.
México tampoco cuenta con un sistema educativo que permita a la gente desarrollar sus aptitudes a favor. Porque al término de su educación escolar no existen las oportunidades suficientes en el mercado laboral, con salarios dignos, Tampoco existen los financiamientos para poder establecer una mediana o grande empresa que le permite incrustarse en las cadenas productivas nacionales e internacionales.
Se ha destinado a la población a recibir migajas financieras para solo sobrevivir en un ambiente económico hostil y no para poder desarrollar el emprendimiento.
La visibilidad de muchos sectores de la sociedad vuelve a ser latentes, pero estos sectores solo son visibilizados para acarreos políticos, porque después quienes obtienen algún puesto público se olvida de esa gente que los llevo a esos puestos. Porque se preocupan más el quedar bien con el partido en el poder que con la población.
Es ha hecho que, en los últimos años, se han realizado modificaciones constitucionales y legales no para el beneficio de la población, sino para mantenerla controlada.
Se han desaparecido contrapesos para no rendir cuentas y los existentes son colonizados por personajes afines al gobierno, lo que impide el desarrollo democrático y transparente del país.
Se establecen mecanismos de vigilancia para evitar que nadie más pueda acceder a la información si no es la que el Estado proporcione y la mayoría será en el sentido de que vamos bien. Aunque la realidad de los mexicanos sea distinta.
Todo esto es un enorme retroceso en los logros alcanzados por muchos lideres politos que buscaron un país democrático, más equitativo, donde la brecha social fuera casi mínima o inexistente. Pero ahora la voracidad del poder y de amasar fortunas nos llevas en sentido contrario. Muchos serán quienes cargarán con el pago del desorden creado, pero pocos serán los verdaderos beneficiados.
Ahora la pregunta es nuestro país, no es si seguiremos retrocediendo, si no hasta cuando la población aguantará para detener todo ese proceso. Para cambiar de una democracia que se basa en el populismo y se vuelve autócrata.
México no necesita populistas, sino verdaderos estadistas que coloquen al país y a su población en el lugar que corresponde a nación como la nuestra No es imposible lograr esto, solo es cuestión de empezar y hacer valer el voto ciudadano. No es necesario una guerra o revolución es s necesario un acto de conciencia y evolución para entender que vamos hacia atrás y no hacia adelante.