Washington, D.C. — El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó este martes un decreto que aumenta del 25% al 50% los aranceles a las importaciones de acero y aluminio, sectores que considera clave para la seguridad nacional y la industria estratégica del país.
La decisión, que entra en vigor a partir de este miércoles a la medianoche (hora de Washington), forma parte de una política comercial más agresiva implementada desde su regreso a la presidencia en enero. Trump ha impuesto aranceles generalizados, afectando tanto a aliados como a adversarios, lo que ha generado tensiones en el comercio global y volatilidad en los mercados financieros.
“Nadie podrá robarles su industria”, declaró el mandatario durante una visita a una planta siderúrgica de US Steel en Pensilvania, cuna histórica de la industria siderúrgica estadounidense.
¿A quién afecta esta medida?
Estados Unidos importa alrededor de la mitad del acero y el aluminio que consume. Canadá es su principal proveedor de acero, seguido por Brasil y México, mientras que Argentina ocupa el sexto lugar como proveedor de aluminio. Los productos importados abastecen principalmente a los sectores automotriz y de la construcción.
El decreto señala que el objetivo es “combatir con mayor eficacia a los países que continúan descargando excedentes de acero y aluminio a bajo precio” en el mercado estadounidense, lo cual, según la administración Trump, pone en riesgo la producción nacional.
“Aumentar los aranceles impuestos previamente brindará un mayor apoyo a estas industrias y reducirá o eliminará la amenaza a la seguridad nacional que representan las importaciones”, afirma el texto del decreto publicado por la Casa Blanca.
Reacción internacional: Canadá acude a la OMC
La decisión no ha pasado desapercibida para los socios comerciales de Estados Unidos. El pasado 13 de marzo, Canadá presentó una denuncia formal ante la Organización Mundial del Comercio (OMC), argumentando que estas medidas son “incompatibles con las obligaciones internacionales” de Estados Unidos.
Según la OMC, el reclamo canadiense apunta a la primera oleada de aranceles impuesta desde el inicio del segundo mandato de Trump, y podría intensificar las tensiones entre ambos países, tradicionalmente aliados en materia comercial.
