Con los cabilderos de Ebrard el conflicto de interés se incrusta en la Secretaría de Economía

Antes de que Marcelo Ebrard Casaubon les entregara en octubre último las riendas de las dos subsecretarías de la Secretaría de Economía (SE), Luis Rosendo Gutiérrez Romano y Vidal Llerenas Morales tuvieron jugosos negocios como cabilderos: en su declaración patrimonial, el primero reportó un ingreso de 336 mil 126 pesos por “consultoría” en un solo mes en 2024, y Llerenas reconoció que recibió un millón 200 mil pesos por el mismo concepto en todo 2023.

En sus respectivas empresas de cabildeo, Gutiérrez y Llerenas tuvieron como empleados a Ximena Escobedo Juárez y Carlos Rafael Emiliano Gómez Rodríguez, dos colaboradores de Ebrard que ahora ocupan direcciones generales en la SE. Esos cuatro altos funcionarios vendieron sus servicios al sector privado para incidir en las políticas públicas y ahora despachan en el gobierno; el fenómeno de “puertas giratorias” acarrea un problema adicional en el caso de la SE, pues la dependencia tiene la responsabilidad de regular las industrias.

Aparte, aunque Gutiérrez y Llerenas dejaron formalmente sus empresas de cabildeo antes de ingresar en la SE, no rompieron del todo sus vínculos con este mundo: Gutiérrez dejó las acciones de sus empresas a su hija dos semanas antes de asumir su cargo, y la esposa de Llerenas, Rosemary Safie Samour, sigue al frente de dos firmas de cabildeo, debidamente registradas ante la Cámara de Diputados.

En 2019 Safie trabajó para las industrias del tabaco, comida chatarra y alcohol, para evitar un incremento del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) a estas mercancías. La cabildera logró su propósito después de conseguir los votos de un bloque de diputados de Morena, del que formó parte Mario Delgado Carrillo.

De hecho, tres de los cuatro cabilderos que ocupan los altos cargos de la Secretaría de Economía trabajaron en la Secretaría de Finanzas durante el gobierno de Marcelo Ebrard en el entonces Distrito Federal. Su titular era Mario Delgado, ahora responsable de la Secretaría de Educación Pública (SEP), cargo desde el cual entregó la Dirección General de Política Educativa, Mejores Prácticas y Cooperación a Graciela Báez Ricárdez.

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