Fenómenos naturales generan pérdidas por 596,000 mdp

Las estadísticas sobre pérdidas económicas por desastres naturales en México están subestimadas, además se enfrenta un panorama crítico debido a la falta de inversión pública y la opacidad en el presupuesto destinado a enfrentar el cambio climático, advirtieron especialistas en el foro “Cambio Climático en México: Tendencias, riesgos y políticas”.

Según la investigadora Nashelli Ruiz Rivera, del Instituto Mora y coordinadora del Seminario Universitario de Riesgos Sociales y Ambientales de la UNAM, entre 2000 y 2020, se estimaron pérdidas materiales por 596,000 millones de pesos en México debido a desastres. Aunque esta cifra, matizó, no incluye daños que no fueron reconocidos mediante declaratorias de emergencia ni contempla las pérdidas sociales a largo plazo.

Durante su participación, denunció que las encuestas nacionales no tienen la resolución suficiente para capturar los efectos diferenciados por entidad federativa o municipio. Según ella, esto impide diseñar políticas públicas focalizadas para reducir la vulnerabilidad económica en estados que podrían ser recurrentemente golpeados por desastres.

Además, Ruiz Rivera mencionó que los criterios legales para declarar un “desastre” excluyen eventos que, aunque no sobrepasen la capacidad de respuesta local, sí causan estragos sostenidos. “Eso quiere decir que hay un montón de impactos que no son considerados oficialmente, pero que afectan de manera crónica a las comunidades”, subrayó.

Debido a esto, la académica apuntó que es necesario que los gobiernos estatales adopten una visión más amplia y preventiva del riesgo climático. En lugar de centrarse únicamente en la reposición de infraestructura, deben invertir en fortalecer las estructuras de bienestar, como los sistemas de salud, educación, cuidado y acceso equitativo a energía.

“De las viviendas hay 75.3 millones de viviendas particulares habitadas, 25% de ellas tiene más de 30 años de antigüedad, casi 45% tiene problemas de humedad o filtraciones de agua, cimientos, muros o techos y prácticamente todos los estados de la República que son costeros están en los altos porcentajes de vivienda que tiene problemas estructurales; 15% presentan levantamientos y hundimientos de piso”, mencionó.

Enrique Provencio Durazo, coordinador del Programa Universitario de Estudios del Desarrollo de la UNAM, alertó que, pese al bajo crecimiento económico que ha experimentado México en los últimos años, las emisiones de carbono están aumentando, lo cual indica una regresión estructural.

Según explicó, mientras entre 2002 y 2019 el crecimiento promedio de emisiones fue de apenas 1%, el aumento estimado entre 2022 y 2024 será de 2.6%, lo que rompe con la tendencia descendente iniciada en 2012. “Mal desempeño económico, pero peor desempeño de emisiones de carbono”, resumió.

Una de las principales preocupaciones expresadas por el especialista es la drástica reducción en la inversión pública proyectada por la Secretaría de Hacienda. Según Provencio, el gasto programable federal —aquel con capacidad real de impactar la política pública— será menor en términos del PIB que en 2024, y la inversión pública específicamente caerá casi un punto porcentual.

“Mala noticia para los próximos años, no va a haber más recursos públicos para inversión”, lamentó.

Además, denunció que el presupuesto actual para cambio climático está “completamente distorsionado” ya que señaló que hay “un montón de programas que no tienen que ver con mitigación o adaptación” contabilizados como gasto climático, con metodologías opacas y sin trazabilidad.

Como ejemplo, mencionó los 50,000 millones de pesos atribuidos a la Secretaría de la Defensa Nacional que no tienen claridad sobre su destino. También subrayó la precarización del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC), cuyo presupuesto en 2025 será menos de un tercio del que tenía en 2010.

Ante este escenario, Provencio urgió a construir un presupuesto climático robusto y transparente, que permita articular de manera efectiva las acciones urgentes que el país debe tomar.

Durante la cumbre también se mencionó que México enfrenta un calentamiento más acelerado que el promedio mundial, con un incremento de 1.8 grados Celsius desde la era preindustrial hasta 2024, mientras que el planeta ha registrado una subida promedio de 1.2 grados en ese mismo periodo. Así lo advirtió Francisco Estrada Porrúa, titular del Programa de Investigación en Cambio Climático (PINCC) de la UNAM, quien señaló que mientras el planeta se calienta a razón de 2 grados por siglo, México lo hace a una tasa de 3.2 grados.

“Si seguimos así, en cinco años habremos cruzado ese umbral, mucho antes de lo previsto”, afirmó.

El investigador del Instituto de Ciencias Ambientales y Cambio Climático también subrayó las consecuencias ya visibles de este fenómeno: mientras en 2006 se estimaba que la producción de café en Veracruz caería 24% para 2020 por el impacto climático, la pérdida real fue cercana al 48%, casi el doble.

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