Por Víctor Barrera
Sorprende que en el tercer trimestre del año la economía mexicana haya presentado un crecimiento de 1.1 por ciento, puesto que en los meses de agosto y septiembre se presentó un baja de 0.5 por ciento.
Pero como lo he señalado anteriormente, las mediciones que se hacen desde el gobierno federal siempre se busca la manera de evitar caer en cifras rojas y si esas salen son con un porcentaje menor.
Pero si miramos la realidad y no los números la pobreza, y más la pobreza alimentaria sigue siendo una tragedia en millones de familias, porque en muchos hogares las amas de casa buscan cada día como “estirar” aún más sus recursos económicos con el objetivo de ofrecer comida a sus familias y esto hace que muchas familias no obtengan una alimentación suficientemente nutritiva.
A pesar de la proliferación de programas sociales en el país, las cifras siguen mostrando que estos son insuficientes para resolver el problema estructural de la de la pobreza y más aún la alimentaria.
Es cierto que las transferencias monetarias que reciben muchas familias atenúan un poco la pobreza, pero el impacto real no se ve en una movilidad social. Porque los más pobres siguen siendo más pobres y los pobres que se miden como clase media, siguen perdiendo el poder adquisitivo de sus salarios.
En números estos pobres representan el 36 .3 por ciento de la población que son 48.6 millones de personas, de estos, 30 por ciento se encuentran en un grado de pobreza alto y cerca de 13 millones se mantiene en la pobreza extrema, esto de acuerdo a los datos de Coneval en 2023, órgano en extinción.
Así una gran parte de la población mexicana vive con inseguridad alimentaria severa lo que demuestra que las transferencias económicas directas no han logrado erradicar la pobreza alimentaria, porque estas transferencias no se hacen precisamente para atender aspectos como el desarrollo y alimento de las personas.
Porque no están destinados a garantizar una alimentación correcta para que los niños, niñas, jóvenes, adultos y adultos mayores puedan obtener completamente esa alimentación.
Principalmente porque tampoco existe la infraestructura suficiente para que el gobierno federal garantice la producción suficiente de estos alimentos para que a precios accesibles lleguen a las familias mexicanas, y tampoco existe la infraestructura para que los alimentos frescos lleguen a la mesa de los mexicanos, con esto y a pesar de esas transferencias el problema de una pobreza alimentaria existe.
De acuerdo a UNICEF los primeros tres años de una persona es fundamental para su desarrollo, pero, en México, la falta de una nutrición adecuada empieza en muchas personas desde su nacimiento, y esto se debe a que la pobreza con la cual viven impide la compra del os alimentos que establezcan su salud nutricional, bienestar.
Pero lo más preocupante es que esta pobreza alimentaria, en muchos casos perdura en su desarrollo y provoca en mucha gente daños irreversibles en su desarrollo físico y cognitivo, algo que limita su movilidad social.
De ahí que muchas familias mexicanas se han acostumbrado a manifestar “nacimos pobres y moriremos pobres”.
En el estudio de Coneval 2023 se apunta que el 37% de los programas sociales en México cuentan con reglas de operación claras y mecanismos para su entrega, pero no cuentan con lineamientos que permitan observar que estas transferencias permitan a la gente obtener alimentos nutricionales importantes para su desarrollo físico y cognitivo.
Entonces el problema de la pobreza alimentaria radica en la falta de mecanismos que garanticen esta alimentación.
Es cierto que cada persona es responsable del uso de estas transferencias, pero al no existir incentivos, para que estos recursos se destinen en la alimentación adecuada, los resultados siguen siendo negativos.
El problema de esta pobreza afecta a todos, y no solo a quienes la padecen, porque si aspiramos a un futuro más justo y equitativo como se menciona, no se puede seguir consintiendo que millones de personas sigan sufriendo de pobreza y aun más alimentaria
Deberemos recordar que una mala nutrición además de reducir el rendimiento físico establece también irremediablemente marca el futuro de la gente, y de un país.