La realidad

Por Víctor Barrera

Reestablecer la compra consolidada de los medicamentos es una idea excelente para evitar que los distribuidores de estos productos sigan imponiendo presión en el precio de cada medicamento ocultándolos o simplemente aplicar un precio superior al que los fabricantes otorgan.

Sin duda esta medida traerá resultados positivos para todos los mexicanos de realizarse de manera adecuada, porque además de la compra de medicamentos, es necesario contar con la cantidad de medicamentos que deberá destinarse a cada rincón del país, a favor de quien necesites.

Quienes siguen sin encontrar un camino adecuado para evitar que sus ocurrencias puedan tener consecuencias negativas, son los legisladores, quienes, a pesar de existir una resolución jurídica respecto a las modificaciones al Poder Judicial, estos continúan adelante con su idea de elegir vía el voto popular a los servidores públicos del Poder Judicial. Claro, luego de que el Comité de Evaluación lleve a cabo el escrutinio de quienes aspiran a un puesto vacante. Es decir, no será el pueblo sabio quien los elija directamente, solo será quien ratifique a los más populares de acuerdo al Comité de Evaluación.

Esto provocará problemas que en el presente y futuro a mediano plazo serán difíciles de superar. Uno de ellos es el costo de estos comicios que se convertirán en los más caros de México. A esto deberemos sumar una logística para la instalación de las casillas y el tiempo que cada elector tomará para leer la lista de los personajes concursantes, posiblemente no permitirá que todos los mexicanos concurran a estos comicios, por tanto, el resultado será sesgado.

La otra realidad que presentaran estos comicios es que, al término de ellos, posiblemente el resultado no gustara muchos a los inversionistas que decidirán ir sacando poco a poco sus inversiones del país y si en el corto plazo no se otorgan las facilidades y un ambiente de certeza jurídica en México, esos capitales por completo emigraran hacia otras naciones.

Esto por supuesto implicará un aletargado crecimiento de sectores productivos en el país, provocando poca apertura de fuentes de empleo, mayor desempleo y por supuesto más pobreza.

La informalidad se incrementará, pero el consumo, interno ante la falta de ingresos en muchas familias, disminuirá y con ello, repito, los crecimientos económicos de México no serán mayores a 1,2 por ciento de PIB.

Lo más peligros es que estos “representantes de la población mexicana” en el Congreso d la Unión siguen creyendo que sus decisiones son únicas y que nadie puede revertirlas

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