El primer ministro iraquí, Mohamed Shia al Sudani, patrocinó el lanzamiento de la primera ronda de diálogo bilateral entre Irak y Estados Unidos para poner fin a la misión de la coalición internacional contra el grupo terrorista Estado Islamico (EI) en el país árabe, informó la Oficina de Medios del Primer Ministro.
Este diálogo está enmarcado en las negociaciones que comenzaron en agosto de 2023 y llevaron a la creación del Comité Militar Superior (HMC, en inglés) para evaluar tres niveles: la amenaza y el peligro de Estado Islámico, el fortalecimiento de las tropas iraquíes y la transición de la responsabilidad en la lucha contra el EI que lleve a la salida de Irak de las tropas extranjeras.
Después de esta reunión, el Comité valorará esos tres grupos de trabajo para avanzar hacia un cronograma concreto de acciones por parte de los especialistas militares, que serán los responsables de completar la misión, una década después de su inicio, al tiempo que tanto Irak como EE.UU. y países socios avanzarán hacia relaciones bilaterales integrales, más allá de seguridad.
El Ministerio de Asuntos Exteriores iraquí detalló el pasado jueves que el objetivo de estas conversaciones es “formular un calendario específico y claro que concrete la duración de la presencia de los asesores de la coalición, iniciar su reducción gradual y deliberada en suelo iraquí para poner fin a la misión militar de la alianza contra EI”.
Ese mismo día, Al Sudani afirmó en Bagdad que Estado Islámico “ya no representa una amenaza para el Estado iraquí” y aseveró que las Fuerzas Armadas de Irak “son capaces de asumir plenamente las tareas de mantener la seguridad y estabilidad y repeler las amenazas” sin necesidad de intervención por parte de fuerzas extranjeras, por lo que consideró que había llegado el momento de una “transición”.
Tras la retirada de las tropas norteamericanas en 2011, las fuerzas estadounidense volvieron al país árabe en 2014 en el marco de la alianza y a petición del Gobierno iraquí para hacer frente a la amenaza del grupo terrorista Estado Islámico (EI).
Pero tras la derrota territorial de esa organización yihadista en 2017, las tropas de la alianza han adoptado un papel de asesoramiento y entrenamiento de las fuerzas iraquíes, al tiempo que se ha cuestionado su permanencia en el país, tras una serie de acciones que han disparado las tensiones recientemente.
Ya a inicios de enero, el presidente de Irak, Abdellatif Rashid, pidió “crear una agenda de trabajo específica” para la coalición internacional liderada por Estados Unidos, tras la tensión desatada por los intercambios de ataques entre las fuerzas de esa alianza militar y grupos de milicianos chiíes iraquíes progubernamentales.
De hecho, el pasado miércoles el Parlamento de Irak pidió al Ejecutivo que acelerase una resolución aprobada en 2020 para expulsarla, tras un nuevo ataque perpetrado en la noche del día anterior contra milicias proiraníes que forman parte de la agrupación progubernamental Multitud Popular, integrada de facto en las Fuerzas Armadas.
Además, el propio Gobierno iraquí consideró estos ataques de la coalición liderada por Estados Unidos como “actos de agresión inaceptables” y una violación de su soberanía, por lo que tomaría medidas para preservar la vida de los ciudadanos.
El Ministerio de Exteriores iraquí se comprometió ayer a garantizar la seguridad de los asesores de la coalición durante el tiempo que dure el proceso, compromiso que la agrupación de milicias proiraníes Resistencia Islámica de Irak consideró como una “traición histórica” contra el país, por lo que anunció que mantendrán sus ataques contra las bases de la alianza internacional.