Por Víctor Barrera
Para el inquilino de Palacio Nacional, la democracia significa que “el caudillo”, debe ganar todos los comicios, sean estos limpios o completamente contaminados, como lamentablemente hemos observado en los últimos años, donde la mal llamada 4T se ha encumbrado como un movimiento totalmente arrasador, a través de los vicios de regímenes anteriores.
Mercar la voluntad de la gente a cambio de “apoyos”, con dinero público, no puede llamarse la voluntad del pueblo, sino la obligatoriedad del pueblo de votar de una forma so pena de perder esos “apoyos”.
Para el caudillo, la democracia llego con él y en su narrativa no hay espacio para aquellos que durante años lucharon a favor de tener ese privilegio y derecho de decidir por quién votar.
La narrativa desde Palacio Nacional es olvidar que se construyó un instituto, conformado por cuidadnos, para organizar, vigilar y calificar los comicios y los resultados ha sido que durante lo que va de este siglo hemos tenido diferentes regímenes gobernando al país.
El concepto de democracia ahora debe ser lo que el líder indique, donde “el pueblo” debe responder y votar por quien así lo decida el líder, sin objetar las ordenes porque quien manda es el líder quien piensa por el pueblo, aquel “pueblo sabio” que le otorgo el triunfo en el 2018 y que ahora no reclama transparencia, claridad, combate a la corrupción o a la inseguridad.
La historia nos mostró que durante más de 70 años en México un partido en el poder encumbro a personas de tal manera que se convirtieron en los dueños de las voluntades de mucha gente, pero ahora hay un dueño, que no permite que nadie piense distinto a él o será convertido en su adversario, en su enemigo en un conservador, aspiracionista, fifí y traidor a la patria.
Porque México debe tener una sola visión, la del líder, el caudillo, el Mesías, cancelando con ello toda posibilidad de debate sobre el concepto democracia.
México es diverso y compuesto por personas que piensan y expresan sus voluntades, no perdamos ese privilegio o de lo contrario caeremos al lugar, que nos costó mucho trabajo y varias vidas humanas salir, donde un partido gobernaba al país y colocaba a sus esbirros como gobernadores y legisladores.
A México le urge recuperar esa libertad de pensamiento, donde la pluralidad se escuche y se originen leyes a favor de todos y no solo a pequeñas porciones de pobladores,
México tiene la oportunidad de cambiar el actual rumbo que estamos tomando, exigiendo que el Frente Amplio por México, en verdad trabaje para los ciudadanos, para toda la población de México y no solo para sus partidos políticos.
El Frente Amplio se ha convertido en la opción para desterrar el discurso lineal actual donde la división social se ha remarcad, algo que ya habíamos dejado, donde los pobres debe odiar a los ricos, porque son ricos.
México debe evitar seguir por este camino y mostrar que una voluntad no puede estar sobre millones de voluntades, que el interés de todos debe ser México y no los caprichos de una persona. Estamos a tiempo de cambiar el rumbo del país para regresarlo, al camino donde el estado de derecho sea lo principal.