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Cinco años con excusas para cubrir su incapacidad y caprichos, ¿Ahora qué sigue? 

Por Víctor Barrera 

Sin duda la mayoría de los mexicanos estará feliz de que concluya este sexenio, donde las excusas fueron el principal discurso para cubrir su ineptitud como estadista del tabasqueño, inquilino de Palacio Nacional. 

Todas las excusas fueron ocupadas por López Obrador, y esto deja un margen de maniobra pequeño para que su sucesor al frente del poder Ejecutivo pueda reciclarlas, en caso de que este o esta sea de la alianza de Morena y sus partidos rémoras. 

No podrá decir que alcanzar un crecimiento por encima del 2 por ciento será difícil, por la herencia de la pasada administración, tampoco podrá manifestar que las finanzas públicas solo penden de alfileres y cualquier estornudo puede echarlas abajo. 

El sucesor del tabasqueño, tendría que implementar una reforma hacendaria para allegarse más recursos vía impuestos y con ello poder cubrir los programas sociales que a diestra y siniestra utilizo para mantener su popularidad y evitar que la población le exigiera cuentas claras en el uso de los recursos públicos. 

El sucesor tampoco podrá afirmar que recibió un “cochinero”, porque entonces pondría en evidencia que López Obrador ahondo las problemáticas del país y no soluciono nada. 

De tal forma que la herencia que dejará López Obrador, deberá ser un poder Ejecutivo mimetizado, que intente seguir con el populismo barato del tabasqueño, para poder quitar millones de pesos a los mexicanos y regresarles cientos en programas sociales. 

Tendrá que insistir que la mejor manera de acabar con la pobreza de México es a través de esos programas sociales y por supuesto obligar a los fifís, a los ricos a que paguen más impuestos, aun cuando en ello vaya el cierre de fuentes de empleo. 

Posiblemente como lo hizo hace algunos días el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha, al pedir a los agricultores de su estado fueran a cerrar las plantas de las grandes empresas, porque ellos son los culpables de que sus productos no se vendan. Hecho que debería ser sancionado por incitar a la gente a realizar actos fuera de la ley. 

Esto porque esta “nueva clase política”, no entiende el comportamiento de los precios de los granos en los mercados internacionales de materias primas, y la única solución es usar la violencia a atentar en contra de la propiedad privada, en lugar de llamar a las autoridades federales a aplicar una política pública a favor de este sector. 

Ahora falta que otros gobernadores manifiesten que la gente salga y ajusticie a los “meandros” para volver a tener paz social o señalar que no se les haga nada porque estos “malandros”, también tienen derechos humanos aun cuando violenten los derechos de otras personas. 

La falta de solución de estas problemáticas, no son causa de los gobiernos anteriores, sino de la falta de capacidad para saber administrar un país, porque no solo es necesario llegar al poder Ejecutivo, sino saber que se debe hacer para buscar el bienestar de la población y principalmente una mejor calidad de vida de ella. 

López Obrador nos mostró que popularidad no es sinónimo de buenos resultados, que el repartir recursos públicos, tampoco resuelve el problema de la pobreza, que el dividir a la sociedad permite que organizaciones  del crimen expandan el control en una mayor cantidad del territorio nacional. Que el seguir dividendo entre fifí y pueblo a la gente aumenta la brecha y ocio social. 

Ojalá y quien sea sucesor del tabasqueño en el poder Ejecutivo, tenga, verdaderamente, la capacidad de administrar al país, que sea un estadista, que fomente el fortalecimiento de los sectores productivos y no solo los programas sociales, que no violente las leyes, por el simple hecho de ser el presidente de la república, sino que las obedezca. Nada es imposible solo es necesario que cada ciudadano analice bien su voto y no se deje engañar por cuestiones populistas, si no que mire el futuro para sus hijos y nuevas generaciones. 

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