Por Víctor Barrera
Uno de los primeros mandatos al asumir la presidencia de la república es otorgar bienestar de toda la población de manera integral para que esto repercuta en el mejoramiento de la calidad de vida de la gente.
Sin embargo, y como es común en este gobierno federal, no se ha aplicado una política pública que permita llegar a este objetivo, sino todo lo contrario.
En el sector de la salud, las cosas empeoran y ahora se propone cancelar 30 normas oficiales mexicanas (NOM) en materia de salud, entre las que se encuentran normas en temas como el tratamiento de sobrepeso y obesidad, diagnóstico y tratamiento de la hipertensión arterial, control de diabetes y atención de cáncer de mama y cervicouterino, entre otras., esto publicado en el Diario Oficial del pasado 1 de junio.
Deberemos recordar que las normas oficiales son el resultado de estudios científicos y médicos, además de análisis clínicos para establecer que un medicamento o un servicio que se preste para alguna enfermedad o padecimiento tenga la calidad y seguridad en su uso y no dañe la salud de quine lo reciba.
Esto también permite a la industria farmacéutica y de salud mexicana tener la competitividad internacional y con ello exportar los tratamientos o medicamentos que se originan en México.
A esto debemos sumar que se modifican las leyes para limitar que quien quiera entrar en el mercado cumpla al ciento por ciento con la NOM en el país y no se corra riesgo en la salud de los mexicanos, porque cada norma deberá ser respetada tanto por entes públicos como privados.
Es modificaciones en la ley, se realizan también con el tiempo suficiente para que se realice una revisión, obligatoria, de todos los sectores involucrados y con ello evitar que exista un “error” en la elaboración, distribución, venta y uso de los medicamentos o tratamientos.
Entonces debe llamar a preocupación por parte de los sectores involucrado, incluyendo el poder Legislativo, que se proponga esta eliminación de NOM y no existan otras que las reemplacen, porque cada norma, repito, es considerada de suma importancia en sus términos y definiciones, medicas, en medidas, pesos en su obligatoriedad de procedimientos y por supuesto para el cuidado de la salud.
Si existieron estar NOM fue para evitar engaños y abusos hacia la gente que las necesita u ocupa. Pero con su desaparición tendrá que haber otros parámetros que nos permita conocer la cantidad de gente con sobre peso u obesa. Pero para ello debemos tener un concepto que indique medidas y uso de medicamentos o tratamientos que las midan. Es igual en el caso del tratamiento de diabetes que al desaparecer la NOM deja a criterio de las autoridades de salud manejar los protocolos para evitar muerte por diabetes.
Este régimen de las ocurrencias quiere cerrar su sexenio con muchas más aun cuando vaya en demerito la salud y calidad de vida de los mexicanos. La pregunta es a quien se le ocurrió esta decisión, a López Obrador o a su secretario de Salud o Hugo López-Gatell. Quien haya sido no cabe duda que interpone sus intereses personales y no la prioridad que es el cuidado de la salud de los mexicanos.