Por Víctor Barrera
En los próximos meses, cuando se lleven a cabo comicios en Coahuila y el Estado de México los ciudadanos de estas entidades deberán preguntarse ¿Qué queremos, regresar a estar mal o preferimos estar peor? Y es que desde hace cinco años, las entidades federativas también han sufrido la inoperancia e ineptitud de las autoridades federales para aplicar políticas publicas a favor de crear riqueza y crecimiento económico.
Porque las políticas de “austeridad y ahorro”, primero y después de “pobreza franciscana”, solo se aplican a la gente más pobre, y no al gobierno federal que sigue dilapidando los recursos públicos para hacer realidad sus ocurrencias y caprichos, que hasta el momento no han mostrado una utilidad publica para todos los mexicanos, sino todo lo contrario.
En el corto plazo de no crear riqueza al interior del país, no habrá recursos siquiera para pagar los salarios de los burócratas y la alta burocracia que a pesar de manifestar que trabajan con la pobreza sigue cobrando salarios superiores al 90 por ciento de la población.
La estrategia que se ha seguido en esta 4T ha sido todo lo contrario a las promesas ofrecidas por su candidato por varios años y que nos muestran que solo quiso llegar al poder para atraparlo y no dejarlo más.
Si medimos los resultados, esta administración nos sale debiendo en todo. Y por ello México se encuentra en una situación tan crítica que para la siguiente administración federal de no aplicar políticas públicas en caminadas al crecimiento no se convertirá en un lastre muy pesado.
Los programas sociales que pueden ser calificados como una buena idea, no podrán sostenerse sino se originan los recursos para cubrir estos programas cada año, el envejecimiento de la población en el corto plazo será otro lastre que pesara a la administración publica, hasta que las generaciones del 72 desaparezcan y entonces solamente las pensiones y jubilaciones se tomen con base en lo ahorrado por el trabajador.
La destrucción de los sistemas de salud y educación serán otro lastre porque se tendrán que reconstruirse, de tal manera que en verdad puedan ser sistemas que cubran más haya de las necesidades básicas de la población y abarque nuevamente la protección para aquellos que lamentablemente sufren una enfermedad clasificada como catastrófica.
En educación se deberá separar de una ideología anacrónica y encaminarla a establecer programas educativos que permitan un desarrollo de competencia de nuestros niños, niñas, adolescentes y jóvenes, obtener elementos para competir en no solo en el mercado laboral, sino que puedan ser parte de los emprendedores para crear empresas fuertes que vayan más allá de nuestras fronteras.
Pero, repito hasta ahora el resultado que hemos obtenido de esta administración federal ha sido la destrucción del Estado: porque no ha sido capaz de llevar a cabo las funciones que tiene asignadas, porque se discute el pasado y no se ve el presente y futuro del país.
Entonces es el momento de que todos los mexicanos nos preguntemos ¿queremos seguir en este camino que nos llevara de manera rápida a un caos económico y social? o recomponemos el camino a partir de este 2023 o la caída seguirá el único camino del país.