Por Víctor Barrera
El día de ayer comentamos los precriterios económicos que la Secretaria de Hacienda y Crédito Público (SHCP) envío al Congreso de la Unión. En ellos se estima que México podrá alcanzar un crecimiento de su Producto Interno Bruto (PIB) de 3 por ciento, mismo nivel que se estima para el 2024.
Los fundamentos de dicha aseveración, demasiada optimista, se basan principalmente en el fortalecimiento del mercado interno, favorecido por la re localización, nearshoring, de muchas empresas que buscan estar cerca de Estados Unidos para incrementar su comercialización, y México podría ser el país que ofrezca esa cercanía y otros elementos a favor de la producción y crecimiento de las empresas.
Esto podría ofrecer un fortalecimiento del mercado interno, porque a mayor establecimiento de empresas, mayor será el número de plazas laborales creadas y posiblemente mayor remuneración en cada una de ellas.
Sin embargo, estos precriterios poco caso hicieron a los factores externos, que persisten en el mundo, como lo son los conflictos bélicos y por supuesto que aun muchas naciones siguen recuperándose de las consecuencias provocadas por la pandemia del Covid.
Otro elemento es que la producción de muchos insumos disminuyo en estos últimos tres años y para evitar que estos pierdan un valor económico importante, organizaciones como la OPEP y países amigos, decidieron bajar la producción de petróleo a 1.16 millones de barriles diarios, por lo que se puede hacer efectiva la ley del mercado de a menor oferta mayor precio.
De tal forma que los países productores podrían mantener sus finanzas sanas, porque muchos de ellos dependen de la venta de petróleo para el desarrollo de su Estado.
El resultado fue rápido y se dio un incremento de más de 6 por ciento en el precio del petróleo y por supuesto también el precio de productos derivados del petróleo como las gasolinas, lo que implica mayor presión al índice inflacionario del mundo y de cada nación.
Estados Unidos, que también es un país productor de petróleo, deberá trabajar más para poder ofrecer este producto en el mercado y con ello satisfacer la demanda, sin embargo es poco viable que el país vecino pueda incrementar en el corto plazo, por ello si no hay una caída de la demanda, tendremos precios del petróleo y sus derivados más altos de lo que se esperaba.
Entonces si tomamos el entorno internacional que mantiene gran incertidumbre, es difícil que la economía mexicana alcance el crecimiento del 3 por ciento estimado para este año.
Por además, tenemos un costo del dinero alto y esto disminuye la operación de algunos sectores ante el incremento de precios de algunos productos, que provoca un freno al crecimiento económico de algunas naciones, entre las que se encuentra Estados Unidos.
Este freno provocaría que las importaciones de Estados Unidos disminuyeran y por supuesto las exportaciones de México a este socio comercial bajarían y será inevitable que el motor interno en nuestro país también se debilite gradualmente por la misma razón.
Todo esto se reflejará en el resultado final del PIB en México, el cual no podrá alcanzar ese tan anhelado 3 por ciento.
Para evitar que México siga mostrando crecimiento de apneas 1.8 por ciento, el gobierno federal deberá aplicar políticas publicas que permitan el fortalecimiento del sector agropecuario, evitando la importación de algunos alimentos, el sector industrial, creando infraestructura y servicios para atraer mas inversiones y sobre todo que estas inversiones tengan la certidumbre jurídica de que no serán molestados por ninguna organización criminal en sus bienes y persona.
Que México crezca un 3 por ciento de su PIB, realmente no es difícil, si se aplican esas políticas públicas adecuadas, que permitan generar riqueza para después repartir, pero si se sigue con la política de repartir recursos sin crear riqueza, el destino esta marcado a ser siempre un crecimiento económico bajo.
