Tropas rusas continúan asalto en la región de Donietsk

Los reportes y videos que llegan de la zona de los combates más cruentos en la región de Donietsk, indican que las tropas rusas continúan el asalto, calle por calle, de Soledar y podrían estar cerca de hacerse con el control de toda la localidad, ya prácticamente reducida a ruinas, pero que ofrece la posibilidad de cortar una de las rutas de suministros al ejército ucranio en la ciudad de Bakhmut, situada 10 kilómetros al noreste.

Por las redes sociales rusas circularon este martes, en las cuentas afines a la “compañía militar privada” Wagner, como se denomina oficialmente el grupo de 50 mil mercenarios que financia el empresario Yevgueni Prigozhin, videos en que se puede ver a sus combatientes en el centro de Soledar, al tiempo que Denis Pushilin, el gobernador de Donietsk impuesto por Moscú, anunció en la televisión rusa su “próxima liberación”.

Desde el lunes anterior, cuando las unidades del grupo Wagner rompieron la línea de defensa y se adentraron en Soledar, la viceministra de Defensa, Anna Moliar, anticipó que la situación ahí “es extremadamente difícil”.

El presidente ucranio Volodymir Zelensky, en su mensaje diario, expresó la noche del mismo día su agradecimiento a “todos nuestros soldados que resisten con heroísmo los nuevos ataques en Soledar, aún más violentos, de los invasores”.

Aseguró Zelensky: “La batalla por el Donbás continúa. Y aunque los ocupantes concentran ahora sus mayores esfuerzos en Soledar, el resultado de esta dura y larga batalla seguirá siendo la liberación de todo nuestro Donbás”.

Al parecer el ejército ucranio hace todo lo posible por mantener la parte occidental de Soledar, que tan sólo este martes recibió 86 impactos de distintos proyectiles de artillería, según declaró a la agencia de noticias Ukrinform el vocero del Grupo Este del ejército ucranio, Serhii Cherevaty.

No se excluye que las tropas ucranias, para evitar ser rodeadas, opten a la brevedad por dejar Soledar, que semeja una localidad fantasma, deshabitada casi por completo, salvo las personas mayores que no quieren o no tienen adónde ir, cuando antes de la guerra, vivían ahí cerca de 10 mil personas. La localidad dependía por completo del consorcio Artiomsol, el productor de sal común más importante de Europa Central y del Este que surtía a toda Ucrania y que tuvo que cerrar en la primavera. Sus minas de sal están unidas por corredores subterráneos de 20 kilómetros de largo.

Para Rusia hacerse con el control de Soledar y Bakhmut, opinan expertos militares, es una cuestión de reputación, tras intentarlo infructuosamente desde mayo anterior. Desde el punto de vista militar, ocupar ambas no daría una gran ventaja operativa, por el desgaste de las fuerzas atacantes, mientras los ucranios pueden replegarse y reforzar la tercera línea estratégica de defensa en el eje Konstantinovka–Kramatorsk–Slaviansk, estiman.

Ante los rumores de que el asalto ruso en Soledar, mucho más intenso en los días recientes, había provocado la deserción de las tropas ucranias, el propio Prigozhin lo desmintió este martes en su cuenta en Telegram:

“El ejército ucranio lucha con valentía por Soledar y Bakhmut. En los suburbios occidentales de Soledar se libran cruentos combates y el ejército ucranio defiende con honor sus posiciones. Por ello la información sobre deserciones masivas del ejército ucranio nada tiene que ver con la realidad”, subrayó.

Prigozhin, que a partir de los avances logrados por el grupo Wagner, se atribuyó excesivo protagonismo al dar a entender en las redes sociales que la plana mayor del ejército está formada por “unos inútiles” y que sólo sus combatientes a sueldo –muchos de ellos reclutados en las prisiones rusas a cambio de ser indultados si sobreviven seis meses de combates–, son los “únicos” que pueden derrotar a los ucranios, recibió este martes un balde de agua fría por parte del Kremlin.

La agencia oficial TASS, casi al mismo tiempo que el periódico RBK, cercanos ambos al magnate Yuri Kovalchuk, que forma parte del entorno presidencial más cercano, informaron este martes que el general Aleksandr Lapin, cuya destitución como comandante del grupo centro del ejército ruso en Ucrania, a fines de octubre de 2022 tras el repliegue de la ciudad de Liman en Donietsk, lo celebraron como un triunfo personal Prigozhin y su aliado Ramzan Kadyrov, gobernante de Chechenia, después de exigir se cese con críticas inusitadas por su dureza, es el nuevo jefe del Estado Mayor de las tropas de infantería del ejército ruso.

El politólogo Abbas Galiamov, que hace unos años renunció a seguir siendo parte del equipo que escribía los discursos del titular del Kremlin, estima en Telegram que la promoción del defenestrado Lapin es todo un mensaje a Prigozhin:

“Putin no tomó en cuenta, y lo hizo con marcada dedicatoria, la opinión de figuras clave que actúan por su cuenta (tipo Prigozhin y Kadyrov) y asumió la posición oficiosa. En otoño pasó lo contrario. Quizás se decepcionó del ejército y depositó su confianza en Prigozhin. Ahora se convenció de que el ejército no es tan malo ni Prigozhin, tan bueno”.

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