El ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano se pronunció por un cambio de estrategia en el combate a la inseguridad pública para poder alcanzar resultados satisfactorios.
Al participar en el coloquio “Democracia y futuro de México”, el exjefe de gobierno capitalino puntualizó que no se pueden esperar buenos resultados cuando la estrategia de seguridad es la misma desde hace 25 años.
“Puede decirse que hace al menos un cuarto de siglo, transitando de un gobierno al otro, se viene haciendo lo mismo, obteniéndose por lo tanto los mismos insatisfactorios resultados. Y no sólo eso, sino que, con el transcurso del tiempo, los grupos delincuenciales se muestran más poderosos, más desafiantes, controlando territorios cada vez más amplios del país”, expresó.
En el Salón de Actos del Palacio de Minería, el ingeniero Cárdenas Solórzano advirtió que, para erradicar la delincuencia organizada, el Estado mexicano debe enfrentarla con nuevos enfoques y con mejor inteligencia. “No puede descartarse el combate directo, pero debe ir precedido de mejor inteligencia y de una eficaz coordinación en el terreno internacional, dando prioridad a combatir aquellos delitos que más afectan y que más resiente la población: el secuestro, la extorsión, la trata”.
Sostuvo que la estrategia debe ir acompañada con acciones que signifiquen la presencia del Estado “permanente, no ocasional, en todas y cada una de las porciones del territorio, por pequeñas que parezcan, con mejores escuelas, clínicas, nuevos empleos, programas culturales, proyectos productivos y de infraestructura, implantación de innovaciones tecnológicas, mejor procuración y administración de la justicia, así como con la presencia también de la sociedad y sus organizaciones, mediante su cooperación y coordinación con los programas oficiales”.
Por otra parte, Cuauhtémoc Cárdenas enfatizó que sin democracia electoral no funciona un sistema democrático, por lo que hizo un llamado a cuidar que los avances logrados en este campo no vayan a revertirse.
Recordó que la persistencia de la ciudadanía en participar en elecciones, a pesar de los reiterados fraudes instrumentados por el Estado de 1988 en adelante, logró la autonomía de la autoridad electoral frente a los Poderes del Estado, el acceso de la oposición a los medios de información y, de manera muy importante, que en 1997 se tuviera una primera elección federal en la que el voto ciudadano fuera bien contado y respetado.
“De ahí en adelante, ninguna elección ni federal ni local, ha sido cuestionada porque los votos se hayan contado mal. Otros han sido los motivos de inconformidad, principalmente la presencia de dinero sucio, ilegal, y la intromisión ilegal de funcionarios para inclinar en un sentido determinado los resultados electorales”, resaltó.