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“Las Luz y Fuerza, una banda feminista de electro-cumbia-cabaret”

Las Luz y Fuerza usan desde hace ocho años la cumbia como pretexto para crear una música que ayude a la gente a poner un paréntesis a sus problemas. “Queremos hacer algo sanador, divertido, brindar por la vida”, señaló en entrevista Laura de Ita, vocalista de la agrupación, a la que la cantante y actriz define como “una banda femenina, feminista de electro-cumbia-cabaret”.

Activas desde 2014, Las Luz y Fuerza adoptaron su nombre debido a que, de alguna manera, Laura sobrevivió a una descarga eléctrica que le prendió fuego a su cama, pero también porque en los años 90 su abuelo laboraba como abogado en la extinta compañía energética, de modo que ella y su hermana crecieron con el nombre y la imagen muy presentes. Además, en la actualidad, de acuerdo con De Ita, “hay que tener mucha luz y fuerza, y más siendo mujeres.

“Nuestro estandarte es un poco la celebración de la vida y la fiesta. Sí hay denuncia, sí hay todo tipo de responsabilidades que tenemos con un micrófono y con instrumentos, pero también hay que apartarse tantito del oscurantismo que vivimos”, detalló la vocalista de la banda.

Su compromiso es patente en el homenaje y protesta contenido en el sencillo recientemente publicado, Guerrera de la cumbia y su video, dedicados a Carolina Espinoza, una amiga de la agrupación que perdió la vida el año pasado. La chica fue atropellada por un conductor que manejaba en estado de ebriedad, y hasta ahora no ha recibido justicia.

Mientras la parte de la celebración comienza desde antes de subirse a un escenario. “Estoy en un personaje, que soy una Laura que abajo no soy, la verdad. Entonces me gusta, como que también hay ficción ahí, y me creo Olga Breeskin y su curvas, y es muy divertido”, aseguró De Ita.

Para la intérprete, la banda es también “una válvula de escape necesaria. Amo ser actriz, pero es un medio muy difícil. Y vivir el rechazo, castingque quedas, castingque no; audiciones; este abuso de poder que tienen directores que no viven en México y cuando vienen es un abuso impresionante; este lugar donde somos las creativas, y las dueñas de nuestra música, y vamos como queremos, es un aliviane”.

Su experiencia y desarrollo en la actuación también le permiten notar diferencias en ambas formas de enfrentarse a un escenario. “Sí es otra energía, yo amo el teatro que es mi escuela, y hay rigor, un respeto, se va tejiendo una telaraña entre el público, el observador y el actor, y el texto y el montaje; es ir tejiendo y a veces es muy difícil porque suena algo por ahí, o si el actor está distraído, sí es como una artesanía”, señaló.

Cuando se trata de música, en cambio, “llega más inmediato. Desde que suena un acorde y buen bombo y yo grito en el micrófono, es otras disposición ya para jalar al público”, explicó.

Los pilares de Las Luz y Fuerza están hechas de cabaret, por su estética y forma, pero también de cumbia, lo que les permite integrar ritmos diversos. El ritmo caribeño “yo digo que es como una aspirina, si tienes un dolorcillo de cabeza, te tomas una”, consideró De Ita. De manera que la cumbia “es un pretexto para entrarle a la ficción musical, celebrar y sanar”.

Si bien Laura es consciente de que existen cumbias de un rigor musical muy amplio, lo que a su banda le interesa es la forma en que el género es adoptado por tantas personas. “Desde la fiesta de la boda de la tía hasta la más hípster, el sudor y el baile son los mismos. Eso me gusta, es superuniversal, y la cumbia, como el coronavirus, no distingue códigos postales ni edades ni nada”, sostuvo la cantante.

Mantenerse haciendo música de forma independiente también ha implicado hacer sacrificios. En muchas ocasiones, los ingresos que recibe de su trabajo en series o películas los invierte en producir sus canciones, “en lugar de tener hijos y pagar un colegiatura, yo decidí pagar mis discos”, señaló Laura con ironía.

Aun con todo, Las Luz y Fuerza ha dado distintas satisfacciones a la vocalista. “Cuando ya estás en un concierto donde ves gente que nunca te había visto en la vida, bailando, disfrutando y olvidándose de sus demonios, vale la pena”, indicó. Asimismo, su contacto con la industria del cine también ha facilitado que sus canciones sean incluidas en películas, además de haber escrito letras para producciones extranjeras.

Otros que De Ita considera logros son los de haber podido abrir el escenario a músicos como La Mala Rodríguez, Sonido Gallo Negro, Nortec o Silverio. “En esos momentos vale la pena, y claro que atrás de todos esos momentos maravillosos donde ya estamos con el vestuario, el glamour, la risa, pues sí tiene todo este sacrificio económico, ensayo, todo lo que cuesta”, dijo Laura.

Además de su hermana Marina y la trombonista Océana Castañeda, la banda es ayudada por músicos hombres, pues aunque al principio les sugerían formar una banda exclusivamente de mujeres, De Ita consideraba importante su inclusión. “Yo sí crecí en un hogar donde no sólo era el patriarcado, el matriarcado mandaba cabrón. Estaba la mitad y mitad, yo sé que hay que eliminar todas esas cosas de machismo, pero logramos tener unos amigos, que más que aliados, son unos compañeros que se cuadran y que dicen: ‘Yo toco la batería, yo, el bajo’”, afirmó.

Para celebrar su octavo aniversario, Las Luz y Fuerza se presentarán junto a ocho mujeres dedicadas a diversos géneros musicales que a lo largo de su existencia como banda han colaborado con ellas. El concierto se realizará mañana, a las 21:30 horas, en el teatro bar El Vicio de la Ciudad de México.

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