La joven violinista Anna Göckel (Marsella, 1992), quien ha demostrado su destreza en varios de los principales recintos del mundo, como el Palacio de Bellas Artes; el Théâtre des Champs-Elysées, en París; la Victory Hall, en Ginebra; la Herkulesaal, en Múnich, y el Musée des Beaux-Arts, en Montreal, se presentará ahora en el Centro Cultural Universitario (CCU), con la finalidad de interpretar la obra completa para violín solo de Johann Sebastian Bach.
Se trata de un par de extraordinarios conciertos que se efectuarán hoy y mañana a las 20 horas, durante los cuales, en palabras de la intérprete, el público podrá apreciar “una música profundamente humana, que con cuatro cuerdas como puntos cardinales nos invita a abrazar todo el universo en su risa, llanto, inevitabilidad e inmensidad”.
Göckel interpretará hoy la Sonata para violín número 1 en sol menor, la Sonata para violín número 2 en la menor, así como la Partita para violín número 1 en si menor, composición instrumental semejante a la suite.
Mientras, en el recital de mañana interpretará la Sonata para violín número 3 en do mayor, la Partita para violín número 2 en re menor y la Partita para violín número 3 en mi mayor.
“Son obras cuyo virtuosismo refleja la amplia creatividad de Johann Sebastian Bach, quien supo construir verdaderas polifonías para un solo instrumento.”
De acuerdo con la musicóloga Montserrat Pérez Lima, “las tres sonatas siguen la tradición italiana de la sonata de iglesia, con cuatro secciones contrastantes: una introducción lenta seguida de una fuga, un movimiento lento y un final rápido, mientras las tres partitas se basan en la sonata de cámara, constituida por una colección de danzas”.
Todas las piezas, apuntó la especialista, “están en diferentes tonalidades, que en conjunto forman un hexacordio ascendente: sol, la, si, do, re y mi. Y cada una de ellas posee un carácter particular”.
La primera sonata, explicó Pérez Lima, “nos abre la puerta de una catedral. Su fuga explora el registro del instrumento como si en ello recreara tan majestuoso monumento, mientras la Partita número 1 nos atrapa en sus temas y las variaciones de cada uno de sus Double.
“La Sonata número 2 nos coloca frente a un Bach profundamente religioso. Creyentes o no, esta obra emana un anhelo de salvación que conmueve.
“La Partita número 2 explora toda la gama de técnicas disponibles para el instrumento. Entre acordes, escalas, arpegios, retrogradaciones y transposiciones, Bach recrea las emociones humanas desde la desolación hasta el consuelo divino.
“La Sonata número 3 trae consigo el cambio, un nuevo comienzo de dicha y alegría. El júbilo no da tregua al virtuosismo y ofrece intrincados pasajes polifónicos.
“En el caso de la Partita número 3, deja atrás toda oscuridad, mientras el carácter festivo de sus danzas exige al intérprete claridad en el fraseo, los matices y el tempo.”
Esas obras, destacó Montserrat Pérez Lima, “no sólo son virtuosas: son el resultado de la complejidad de las ideas musicales del compositor alemán, cuyo dominio sobre el violín le permitió aprovechar al máximo todos los recursos técnicos del instrumento. Un trabajo creativo que quedó plasmado en esas sonatas y partitas”.
Ahora se presenta la oportunidad para escucharlas en su conjunto, interpretadas por la violinista Anna Göckel, quien como solista ha tocado con la Orquesta Sinfónica y Lírica de París, la Orquesta de la Sorbona, el Ensamble del Centro de Experimentación y Producción de Música Contemporánea de México y la Filarmónica de Malta.
En 2018, Anna Göckel grabó un álbum con las sonatas y partitas para violín solo, de Bach. Para ello y gracias al apoyo de un generoso benefactor, tocó con un violín hecho en 1745 por Niccolò Gagliano.
Los conciertos se ofrecerán hoy y mañana a las 20 horas, en la Sala Carlos Chávez del CCU (avenida Insurgentes Sur 3000, Ciudad Universitaria).