“México es un oasis frente a otros países de América Latina (…) a casi todos los inversionistas les gusta” y “todos aman el peso”, resolvieron Carlos Capistrán y Christian González, economistas de Bank of America Merrill Lynch (BofA), luego de dos semanas de reuniones con clientes de la institución financiera en Estados Unidos y Europa. La razón: es difícil encontrar una economía con grado de inversión y tasas reales de 4 por ciento, explicaron.
En el recuento de las conversaciones con inversionistas internacionales, los analistas de BofA consignan que una de las preguntas recurrentes que se les hizo fue: ¿a qué nivel está dispuesto Banco de México a llevar su tasa de referencia (actualmente en 7 por ciento)? Tras el alza de 75 puntos base (pb) realizada por la Reserva Federal y el tono del más reciente comunicado del organismo central mexicano, Capistrán y González no dudan en que llegue a 9.5 por ciento.
Esta previsión implica un alza respecto al estimado previo de la institución financiera, 9 por ciento, y se empata con lo calculado por Monex, Scotiabank, Goldman Sachs, Grupo Financiero Banorte y Credit Suisse en un sondeo realizado por LatinFocus. BofA estima que Banco de México aumente su tasa 75 pb en junio y agosto; 50 en septiembre; y 25 pb en noviembre y diciembre para no realizar cambios en todo 2023.
“No pudimos encontrar un inversionista al que no le gustara (el peso)”, pero “con un Banco de México agresivo, la inflación aún sorprendiendo al alza y la alta correlación con las tasas de Estados Unidos, prefieren esperar”, refieren Capistrán y González.
Agregan que otro de los cuestionamientos centrales entre los clientes de Estados Unidos y Europa fue si el presidente Andrés Manuel López Obrador prefiere desacelerar el crecimiento económico sólo para mantener un peso relativamente fuerte. Los economista de BofA respondieron que esto puede responder a que en México una moneda fuerte se correlaciona con una robusta aprobación presidencial, además de que se tiene un amplio mercado compartido en la frontera norte.
Por otro lado, los inversionistas preguntaron por qué la inflación es tan alta en México si el crecimiento es débil. Capistrán y González encuentran en “el gran aumento de las remesas” una razón, a la que se suman las restricciones de oferta en parte derivadas de la destrucción de empresas después de la pandemia.
Los economistas de BofA consideran que los subsidios a la gasolina implementados por la actual administración son sostenibles, dado que se financian por excedentes petroleros y recortes de gastos, pero implican dejar pasar eficiencia del gasto como de acumulación de amortiguadores fiscales.
“La inflación en México aún no ha tocado techo, pero los programas de López Obrador están suavizando la inflación y la harán más rígida a la baja que en otros países”, comentaron analistas de BofA a sus clientes en Estados Unidos y Europa.