Por Víctor Barrera
Madres y Padres de familia se muestran enojados ante las acciones recientes presentadas por el gobierno federal que determino eliminar las Escuelas de tiempo completo, algo que va en contra de las niñas y niños que cada día acudían a estas instituciones no solo a recibir educación académica sino también para permanecer en ellas hasta que sus madres fueran a recogerlos, es decir permanecían en un lugar con seguridad y aún más se les otorgaban alimentos que permitían en muchos de los casos mantener una alimentación completa.
Las madres, principales afectadas, porque muchas de ellas son cabeza de familia por diferentes circunstancias, han manifestado que esta administración está atentando con la seguridad de las niñas y niños y que esto no puede permitirse. Por ello se han empezado a organizar con diputados de oposición para iniciar una serie de eventos donde pedirán al gobierno federal regresar este tipo de escuelas, que eran de un apoyo importante para las familias.
A esto se suma la desaparición, desde el 2018, de las estancias infantiles, que bajo el argumento principal de que estaban plagadas de corrupción y luego por el argumento de austeridad, han dejado no solo a los niños más pequeños que van desde los dos o tres meses de nacidos hasta los cinco años con once meses sin un lugar donde permanecer mientas que sus madres acuden a sus trabajos para obtener los ingresos económicos familiares.
Ahora estas niñas y niños se han convertido en víctimas de un gobierno que encabeza Andrés Manuel López Obrador, de las más diversas formas al mostrar una ineptitud y falta de empatía ante a quienes prometió trabajar por ellos, los más vulnerables.
La austeridad y la corrupción se han convertido ahora en los verdaderos enemigos de muchas familias mexicanas de un gobierno que actúa con ocurrencias y que puede llegar hasta la corrupción disfrazada de un combate a la misma.
Las madres, principalmente y los padres se han preocupado porque ahora no podrán tener un lugar donde dejar a sus hijas e hijos cuando ellos salen a trabajar y los expondrán a mayores peligros en una sociedad que cada día se hace más violenta.
Recordemos que López Obrador y su mujer se molestaron cuando se habló del hijo más pequeño, y que López Obrador con voz entre cortada y quizás con ojos cristalinos trato de defender a su hijo José Ramón y contó lo que sus hijos mayores sufrieron cuando fue el objetivo de persecución política, buscando precisamente la empatía del pueblo sabio.
Ahora es incapaz de mostrar esa empatía para las niñas y niños que deja fuera de los programas de estancias infantiles y escuelas de tiempo completo, de los menores de edad que no obtiene sus medicamentos para tratar de minimizar los dolores por el cáncer que sufren, Nada lo mueve y al parecer así será hasta el último día de su mandato.
Esa austeridad y combate a la corrupción ha dejado a estos infantes sin protección alguna y los vuelve aún más vulnerables. López Obrador afirma que el cierre de las estancias fue por la enorme corrupción existente al igual que en las escuelas de tiempo completo. Estas afirmaciones ya han llegado al límite de la gente que poco le cree porque no ha dado resultados positivos los tres primeros años de su administración,
Esta gente ahora empieza a preguntar que ha hecho o que va ha hacer con los recursos que ya no destina las estancias infantiles y ahora a las escuelas, porque estos recursos no solo eran utilizados para el bienestar de las niñas y niños, sino también para otorgar empleos a cientos de personas que se desempeñaban como educadoras, auxiliares y administrativas.
La corrupción que dice combatir Andrés Manuel se ha convertido ahora en su acompañante en cada decisión. La falta de transparencia y la rendición de cuentas se convierten en corrupción.
López Obrador no se cansa de señalar que no son iguales a los anteriores y que su movimiento de transformación histórica se verá más adelante. Ese mesianismo con el que se maneja y que no ha mostrado nada positivo posiblemente será pronto un elemento de su propia destrucción si se sigue castigando a los más vulnerables, porque todo tiene un límite y este lo está forzando demasiado el tabasqueño.