Por Víctor Barrera
El Banco de México (Banxico), reviso su meta de crecimiento económico para el país y la ubico en 2.4 por ciento para este 2022, que implica el observar de manera más objetiva el presente y mirar que el conflicto entre Rusia y Ucrania y las consecuencias de la pandemia de Covid-19, lamentablemente estarán presentes durante la mayor parte de este año.
El Banxico demuestra que el escenario actual no está para lanzar las campanas a vuelo y esperar que México crezca más allá del 3 por ciento, sin antes darse una recuperación real de economías como las de Estados Unidos o China, se desahoguen los cuellos de botella creados por la falta de producción mundial de algunos productos e insumos y se recomponen las cadenas productivas de muchas naciones, incluyendo por supuesto México.
El instituto ahora bajo el gobierno de Victoria Ceja, estima también que para el 2023 nuestra economía solo podrá obtener un crecimiento de 2.9 por ciento, lo que significa que será hasta el 2024, cuando las cosas a nivel mundial empiecen a establecerse de manera normal y tranquila, permita a todas las economías retomar sus crecimientos bajo los impulsos que siempre habían tenido.
En lo que respecta al nivel de inflación que tendremos en el país, el Banxico reconoce que se mantiene la presión hacia al alza principalmente por los efectos derivados guerra en Ucrania que genera incremento en el precio de los energéticos y de granos, además de los problemas en las cadenas de abasto. De tal forma que mantendremos niveles de inflación superiores al 6 por ciento durante la primera mitad de este año para ubicarnos en 4.5 por ciento en el último trimestre del año.
Esto indica que será hasta el primer trimestre del 2023 cuando tendremos niveles de inflación del 4 por ciento para que, al cierre del mismo, logremos obtener una inflación del 3.7 en promedio.
Esto implica que la economía mexicana estará altamente presionada y que solamente con la aplicación de estrategias económicas podríamos ir solventando esta crisis, que, si en su mayoría ha sido importada, el gobierno federal ha hecho poco para tratar de minimizar sus efectos.
Entonces ahora debernos esperar que el secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, se pronuncie al respecto, porque hasta ahora se mantiene el mismo pronóstico que se entregó en el paquete fiscal para el 2022 que es un crecimiento del 4.1 por ciento.
Esta meta que es demasiada optimista para este año, solo es superada por la que mantiene López Obrador que es de un 5 por ciento generalizado en sus últimos tres años de gobierno.
Es importante que quien maneja la cartera hacendaría en el país, muestre por lo menos los ejes por los cuales deberá moverse la economía mexicana para alcanzar un crecimiento por encima del 4 por ciento, si tomamos en cuenta que ante la falta de ventas no habrá impuestos que declarar y esto minará los recursos que se reciban para aplicar inversión pública.
Mientras que no exista una directriz real para México nuestro camino será sin rumbo y llegaremos a algún lado, pero no sabemos exactamente a qué lugar llegaremos.
