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El gobierno federal debe aceptar la oportunidad de rectificar sus políticas económicas para el bien de México.  

Por Víctor Barrera  

Ya son varios los organismos internacionales que han manifestado su opinión acerca del crecimiento económico que podrá lograr México para este 2022 y distan en mucho del 4.1 por ciento cifras que ha establecido el gobierno federal, luego de una revisión del 5 por ciento que se había propuesto inicialmente. 

La organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), el lunes manifestó que México solo alcanzaría un crecimiento del 2.3 por ciento, por lo que insistió en la necesidad de que se lleven a cabo algunas reformas estructurales, principalmente encaminadas a la inclusión de la población para aumentar el padrón fiscal en beneficio de las arcas nacionales pero lo más importante presentar mejores ventajas competitivas. 

La OCDE resaltó que las ventajas que debe seguir explotando México son la cercanía con Estados Unidos y por supuesto el T-MEC, que permitirá en el mediano plazo establecer una zona económica importante en el mundo. 

Pero subrayó que el potencial de México para convertirse en una economía de alto crecimiento aun sigue sin materializarse y el crecimiento en las últimas décadas sigue siendo el factor que detiene un poco este potencial. 

Explica que, en México, la informalidad, que va en incremento de manera importante, la falta de competencia en algunos sectores, la exclusión financiera, de una gran parte de los mexicanos que no utilizan herramientas financieras como cuentas de ahorro o financiamiento para sus proyectos, pero sobre todo porque México sigue rezagado en la inclusión de la participación femenina en sus procesos de producción, son factores que detienen el crecimiento económico. 

Entre las reformas que propone reforzar está la fiscal, porque si bien el gasto social y la inversión pública han crecido, hay necesidades adicionales que se destacan ante el incremento de la pobreza por lo que los sistemas de salud y educación se ven altamente presionadas, pero estos no pueden cubrir las necesidades totales de la población. 

Por ello la OCDE recomienda eliminar exenciones ineficientes y regresivas, y reforzar los impuestos subnacionales, en especial bienes inmuebles y vehículos, para evitar incrementar impuestos, pero que se tengan los recursos suficientes para que el gasto publique sea el factor de detonación de inversión y la inversión privada desarrolle de manera completa la reactivación económica. 

Esto acompañado de la certidumbre a los inversionistas con reglas y leyes claras respecto a contratos vigentes y estabilidad regulatoria. 

Esta recomendación que hace la OCDE, debe tomarse en cuenta y aprovechar la oportunidad que aun se mantiene de poder aceptar los errores y virar un poco en cuanto a la política económica existente, que esta más preocupada por mantener una estabilidad macroeconómica a costa del incremento de la pobreza y  falta de inversión privada y oportunidades de desarrollo laboral  

Esto último sigue siendo preocupante, que no exista una disposición del gobierno a reconocer la gran incertidumbre que generan políticas públicas como la iniciativa de reforma eléctrica. 

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