A menos de 24 horas de que presidente Ruso Vladimir Putin firmara el decreto reconociendo la independencia de las regiones ucranianas de Donetsk y Lugansk, además de que recibiera autorización del senado para utilizar la fuerza militar fuera de su país, la Unión Europea ya ha iniciado una serie de sanciones contra el Kremlin.
Durante una reunión extraordinaria de los jefes de la diplomacia europeos, celebrada de urgencia en París, los Veintisiete han acordado por unanimidad un primer castigo que afectará a los 351 miembros de la Duma rusa que votaron el reconocimiento, a otros 27 altos cargos, mandos militares y entidades que socavan y amenazan la integridad territorial de Ucrania, así como a las relaciones comerciales de las dos regiones con la UE y a la capacidad Rusa de financiarse en los mercados de capitales europeos.
“Dañarán a Rusia y dañarán mucho”, ha avisado el alto representante para la política exterior y de seguridad común de la UE, Josep Borrell, sobre un paquete de sanciones “sólido”, según la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, que incluye “medidas calibradas”, y que ha sido acordado en estrecha coordinación con Reino Unido, Estados Unidos.
El plan, que ahora deberán concluir los veintisiete embajadores de la UE, incluye la prohibición de viaje y la congelación de bienes en territorio europeo a los 351 miembros de la Duma (parlamento ruso) así como de 27 entidades y altos cargos rusos aunque en la lista, según ha confirmado Borrell, no figura el nombre de Vladimir Putin. Las sanciones también tocan a algunos bancos que financian al aparato militar ruso y contribuyen, por tanto, a la desestabilización de Ucrania. Además, la UE prohibirá el comercio con las dos regiones separatistas, tal y como hizo cuando Rusia se anexionó ilegalmente la península ucraniana de Crimea en 2014, y limitará la capacidad del Estado y del Gobierno ruso de captar capital y financiarse en los mercados financieros europeos.
A estas medidas se suma el golpe asestado directamente por Alemania con su decisión de suspender de manera indefinida el proceso de certificación del gasoducto Nord Stream 2, un castigo que tanto algunos Estados miembros como Estados Unidos llevaban tiempo pidiendo. “Creo que el Gobierno alemán está en lo cierto. Hay que revaluar el Nord Stream 2 teniendo en cuenta la seguridad del abastecimiento energético para el conjunto de la UE porque esta crisis muestra que Europa es todavía demasiado dependiente del gas ruso”, ha dicho en una breve comparecencia sin preguntas de von der Leyen.